OMARSaber que sería padre era una cosa, pero padre de gemelos era otra muy distinta. Las emociones que ya sentía se multiplicaron al doble. El desmayarme si, fue muy vergonzoso, pero no era, ni el primero, ni el último al que le pasó. Ha sido muy difícil separarnos, y debía cambiar la situación pronto. Vivía angustiado pensando si ella estaba comiendo bien, si se sentía bien, si entre el trabajo, el ir y venir con Noah, la audiencia, la situación con Aida, todos los síntomas del embarazo, más nuestra distancia la tendría muy abrumada. Lo menos que deseaba era que se enfermara o que le pasara algo con tanto estrés.Por ese motivo, siempre que venían trataba de atenderlos como se lo merecían. Hoy estaba haciendo un muy buen clima para pasar la tarde en la terraza. Hasta que mi teléfono sonó y se trataba de mi tía Luz. Su llamada era un augurio de malas noticias, la insistencia por querer hablar con mi bombón me sorprendió. Luego de ver los gestos y palabras de Phoebe lo comprobé. —
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