Rami, por su parte, no se separaba de Isabela. Pasaba gran parte del día en su habitación, jugando a su lado o simplemente observándola con sus grandes ojos oscuros. Para él, Bella era el centro de su pequeño mundo. Su niñera, que solía tener problemas para mantenerlo tranquilo, ahora se sorprendía de lo bien que se portaba.“Es como si ella fuera su madre,” comentó la niñera un día, mientras observaba a Rami jugar con Isabela en el jardín del palacio.Khalid, que estaba cerca, escuchó el comentario y asintió en silencio. Aunque no lo decía en voz alta, sentía lo mismo. Desde que su esposa lo había abandonado, dejando a Rami atrás, Khalid había hecho todo lo posible por ser un buen padre. Pero ver a Rami tan feliz con Isabela le hacía darse cuenta de cuánto necesitaba una figura materna en su vida.Aunque Isabela seguía sin recordar quién era, Khalid estaba decidido a ayudarla a recuperar su identidad. Después de investigar sobre su pasado, descubrió que era diseñadora de interiores.

Más tarde, cuando Khalid se enteró del incidente, se acercó a Isabela para agradecerle.“Gracias por devolver el anillo de mi madre,” dijo, con una sonrisa cálida. “Es un objeto muy valioso para ella.”“No fue nada, señor Khalid,” respondió Isabela, con humildad. “Solo hice lo que cualquier persona debería hacer.”El padre de Khalid, Abdul, también expresó su gratitud. “Eres una mujer honesta, Isabela,” dijo, con una sonrisa amable. “Y parece que Rami te adora. Eso dice mucho de ti.”Sin embargo, Samira permaneció en silencio. Aunque no podía negar que Isabela había actuado correctamente, aún no estaba dispuesta a confiar completamente en ella. En su mente, seguía convencida de que debía vigilarla de cerca.Mientras tanto, la relación entre Rami e Isabela seguía fortaleciéndose. Cada día, el pequeño aprendía algo nuevo de ella, ya fuera cómo pintar, cómo identificar los colores o simplemente cómo disfrutar de los pequeños momentos de la vida. Para

Frustrada por el fracaso de la cena, Samira decidió cambiar de estrategia. Esta vez, intentaría sembrar dudas sobre la moralidad de Isabela. Contrató a un investigador privado para que indagara en el pasado de la joven, con la esperanza de encontrar algo que pudiera usar en su contra. Durante días, el investigador recopiló información sobre Isabela, revisando su vida en España, sus relaciones familiares y su historial laboral.Cuando el informe llegó a manos de Samira, lo leyó con avidez, esperando encontrar algo escandaloso. Sin embargo, el documento no contenía nada comprometedor. Isabela había llevado una vida sencilla y honesta, trabajando como profesora de arte y dedicando gran parte de su tiempo a actividades benéficas. Su familia, aunque modesta, era respetable, y no había ningún indicio de comportamiento cuestionable.Samira, furiosa por haber gastado tiempo y dinero en vano, decidió inventar un rumor. Comenzó a contarle a algunas de sus amigas más cercanas que

El día del evento finalmente llegó, y la sede de la empresa de Khalid estaba impecable, reluciendo con el trabajo de Isabela. Cada rincón del lugar reflejaba su toque único, una mezcla de modernidad y calidez que había transformado el espacio en algo más que un lugar de negocios. Khalid, vestido con un elegante traje negro, caminaba entre los invitados con una sonrisa de satisfacción. Todo estaba saliendo según lo planeado, pero había algo más que esperaba con ansias: la entrada de Isabela.Horas antes del evento, Khalid había enviado un regalo especial a Isabela: un vestido de alta costura, diseñado exclusivamente para ella. Era de un tono esmeralda profundo, con detalles bordados a mano que brillaban sutilmente bajo la luz. El vestido se ajustaba perfectamente a su figura, resaltando su elegancia natural sin ser ostentoso. Cuando Isabela apareció en el evento, cada mirada se dirigió hacia ella. Su cabello estaba recogido en un moño sencillo, dejando al descubierto su cuello y los pe

Desde el otro lado del salón, Khalid observaba la interacción con atención. Cuando vio a Diego abrazar a Isabela, algo dentro de él se agitó. No estaba acostumbrado a sentir celos, pero en ese momento, una sensación incómoda comenzó a crecer en su pecho. Decidido a intervenir, caminó hacia ellos con pasos firmes.“¿Todo está bien aquí?” preguntó Khalid, con un tono calmado pero firme, mientras se colocaba al lado de Isabela.Diego, que aún estaba procesando las palabras de Isabela, levantó la vista hacia Khalid. Sus ojos oscuros se encontraron con los de Khalid, y por un momento, el ambiente se volvió tenso. Diego, con su temperamento fuerte y su naturaleza protectora, no podía evitar sentir una oleada de celos al ver a otro hombre tan cerca de Isabela.“¿Y tú quién eres?” preguntó Diego, con un tono desafiante.Khalid, sin perder la calma, respondió: “Soy Khalid Al-Fassi, el anfitrión de este evento. Isabela trabaja conmigo.”Diego frunció el ceño, y su mandíbula se tensó aún más. “¿