Envueltos en un silencio expectante, todos observaron como Dante se acercaba a ellos para colocarse de cuclillas sobre la espada. Al principio, no la tocó, solo la observó.La hoja, larga, afilada, suaves grabados de lunas y siluetas de lobos. La empuñadura, elegante, pulcra, sin gemas, sin embargo, también hecha de plata.― ¿Por qué? ―preguntó Damon ― ¿Por qué lastimar las manos de aquel que la porta? ――No lo sé ―admitió Alastor―Según los armeros de nuestro clan, la armonía entre materiales es esencial para que una espada libere todo su poder ―explicó Rebecca ―Supongo que por eso incluso la empuñadura tiene plata en ella ――Con que armeros ¿eh? ―dijo Alastor arqueando una ceja―La plata pura es sumamente costosa y muy fácil de perder al disparar un arma ―suspiró Rebecca ―Las armas blancas, por otro lado, difícilmente pueden perderse, es por eso por lo que mantenemos tan noble profesión ――Pero… ¿no es más complicado? ―preguntó Lysander ―Digo, tienen que aprender a manejarlas y todo

Con un suspiro agotado, el joven negó con la cabeza.―No para de llamarme ―gruñó Dante antes de ponerse de pie ―No estoy listo para tenerla cerca todo el tiempo… Esos viajes al pasado son angustiantes, yo…preferiría hacerlo a mi ritmo ――Bien ―suspiró Alastor ―Será a tu manera ――Pero… ――Si la espada lo afecta como lo hizo esta noche, lo mejor será hacer las cosas despacio ―interrumpió Alastor a Lysander ―Rebecca, ¿te importaría llevártela nuevamente? ―Sin decir nada, la mujer asintió y se apresuró a meter la espada en la funda que aún reposaba en su cintura.―Podemos reunirnos en esta cabaña si deseas intentar nuevamente ―sugirió Rebecca con la mirada clavada en Dante―Se lo agradezco ―respondió el joven algo inseguro―A todo esto… ¿quién era el licántropo con el que hablaste? ―preguntó Lysander―Por su forma de hablar, creo que era Darién… ―― ¿No estás seguro? ―preguntó Alastor―No, jamás me dijo su nombre ―respondió Dante clavando sus ojos en él ―Si lo dibujo… ¿usted podría reco

Otra persona que se adaptaba a la vida en manada era Alda. Si bien la mujer ya había pasado tiempo en Loto de Luna, los únicos lugares que conocía eran, la casa de la manada, el hospital de Loto y, por su puesto, la granja de su hermana.Debido a ello, sus amistades lobunas, se limitaban a Dona, Melba, a la Doctora Julia, a algunas enfermeras y a los vecinos de su hermana, Zinerva. Sin embargo, al tener a Logan como compañero conocer a los lobos de Loto de Luna fue pan comido, pues en el pasado, Logan, al ser conocido por ser la mano izquierda de Adriano, el lobo era querido y admirado por todos, por lo que, a Alda, le resultó sumamente fácil conocer a más miembros de la manada.Por otro lado, en el pequeño pueblo de Loto, Rayan Bennet había comenzado a ganarse el corazón de todos sin si quiera intentarlo. Y es que, tras la emotiva visita a la tumba de Melissa, el lobo volvió a la manada con el ánimo renovado y decidido a ayudar a sus hijos.Mientras ellos se centraban en descifrar lo

―No quiero que la cabaña se impregne del aura de la espada, al menos no hasta que estemos listos para ella ―respondió Dante“Suena justo” ―respondió Damon perezosamente ― “Por cierto, ¿de verdad la dejaremos invitarnos esta noche?” ――Parece que está planeando algo, si le hace ilusión, entonces dejémosla ―“Ojalá sea carne”Ante el comentario de su lobo, Dante chasqueó la lengua y negó con la cabeza con aire divertido.Mientras que en Loto de Zafiro una renovada normalidad se asentaba, en Wolfsong, la preparación para el festival estaba en todo su apogeo. Calles bloqueadas, el teatro del pueblo decorado con motivos lunares y lobunos. La plaza central, llena de puestos de comida y juegos de feria.―Se parece a la fiesta que tuvimos en Arcadia ―dijo una fascinada Sophie ― ¿Siempre ha sido así, mi princesa? ――Sí ―asintió Anna, quien texteaba en su teléfono con Bruno ―Aunque creo que este año parece más grande, ¿no es así, Byron? ――Eso es porque nosotros también estamos participando cac

―Dios, tendré que prepararme, estaré rodeado de cámaras apenas eso suceda ―― ¿Disculpa? ―preguntó Anna frunciendo el ceño ― ¿Cómo es eso? ――Bueno, ahora vas a ser popular y perseguida por las cámaras ―señaló Connor ―Y como estaremos juntos hasta que te vayas a Arcadia… ――Vale, vale, entendí el punto ―rió Anna al igual que Charles cuando su amigo comenzó a practicar algunas poses ―Comencemos de una vez Connor ―Sin entretenerse más, los dos jóvenes empezaron sus prácticas.Gracias a la experiencia de Connor cantando, el maestro apenas y le hizo correcciones. A Anna, por otro lado, le hizo tantas que, tras un par de horas, ella pidió parar.―Maestro, ¿y si cambio de instrumento? El piano realmente no es lo mío ―gruñó la joven con fastidio―Oh, vamos princesa, no se dé por vencida ―le pidió Charles al mismo tiempo que le tendía un vaso de agua con una rodaja de limón ―Sólo es cuestión de practicar ――No lo sé maestro ―intervino Connor, quien tomaba un vaso de las manos de Sandrine ―A