--- Ana Teyssier ---Miro al hombre que duerme a mi lado y no puedo evitar sonreír al verlo, no sé cómo pude pasar tanto tiempo sin tenerlo así, aquí, conmigo. No sé cómo pude pasar tanto tiempo sin estar en sus fuertes brazos, tal como ahora estoy.Me muevo para acomodarme e inmediatamente puedo sentir como él aprieta su agarre. Han pasado al menos 3 meses desde que regresamos de Puebla y hoy día, no concibo un día sin dormir en los fuertes brazos de Héctor.Me gusta mucho despertar y observarlo mientras duerme, me gusta acariciar su barba, me gusta lo que esta me hace sentir, me gusta pasar mis días a su lado, me gusta como ha sido nuestra convivencia con nuestra hija desde que aceptamos lo que sentimos.No es que las cosas fueran malas, pero, en el pasado siempre había una reserva, yo no podía ser cariñosa con él, ya que para mí, él era el papa de mis hijas, pero no era mi pareja. Ahora, esa barrera invisible ha desaparecido y va a que las cosas cambiaron.Mis niñas, cada vez que no
Leer más