Denisse, cada vez más descarada, seguía hablando sin reparo alguno hasta que Juan, levantando su copa de vino, señaló la puerta, sugiriendo que, si tanto le interesaban, podía salir con tranquilidad a confraternizar con esas entidades.Solo entonces Denisse se calló, dejando de decir tonterías.Juan, por su parte, decidió regresar en ese momento al interior, cerrar la puerta y descansar. En cuanto a Denisse, quién sabe si necesitaba dormir o no.Pero, durmió profundamente hasta el amanecer.A la mañana siguiente, Tránsito apareció fuera del pabellón, llamándolo. Le informó que el gobernador lo invitaba a desayunar con su familia, aprovechando la valiosa presencia de Juan como huésped.No teniendo otra opción, Juan aceptó con agrado.Tras arreglarse rápidamente, siguió a Tránsito en dirección a la residencia principal del gobernador.En el camino, Juan preguntó con tono casual:—Anoche no pasó nada raro, ¿verdad?Tránsito pareció dudar un momento, como si quisiera decir algo, pero final
Leer más