Desperté feliz, mantenía los ojos cerrados, estiré la mano y no había nadie en la cama, me levanté y miré alrededor, Romeo no estaba por ningún lado.Me vestí, fui a ver a los niños, los tres dormían, me crucé con Ana en el recibidor.—Buenos días, Caroline, ¿cómo amaneciste? —preguntó con tono nervioso, desvió la mirada, me asusté de inmediato.—¿Dónde está Romeo?Suspiró, negó con la cabeza.—Ya está bien, pero Arturo sufrió un accidente.—¿Un accidente? ¿Cómo?Negó.—No lo sé, no sé detalles.—Llamaré a Romeo —dije, busqué el teléfono con mis manos temblorosas.Miré hacia fuera de la casa, mientras esperaba que me atendiera, vi más guardias de seguridad de lo que era normal, miré a los lados, definitivamente pasaba algo malo, solo que Ana no me lo diría, o no lo sabría.—Mi amor —dijo, sentí un alivio enorme al oírlo.—Romeo, ¿dónde estás?, ¿qué es eso de que Arturo sufrió un accidente?—Fue atentando.Jadeé, me cubrí la boca y cerré los ojos, pensé en ella, en Viridiana.—Fue ella
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