― α ―–¡Papi! –me llama Kat, quien no ha parado de correr por los pasillos del hotel desde que llegamos ayer por la tarde–Discúlpeme un momento, alfa Matthew –le pido al hombre que tengo enfrente, el cual, asiente antes de girarse hacia a su Luna–¡Mira papi, mira! –exclama Kat al tiempo que corre en mi dirección con algo entre sus manos–¡Espera, Kat! –escucho gritar a Henry, quien, ante la ausencia de Audrey, ha tenido que hacerse responsable de mi inquieta hermanita –No corras –le pide desesperadoPese a que es una cachorra, Kat a demostrado que será una gran corredora en su adultez.–Déjala Henry –le digo a mi beta cuando Kat me ha alcanzado –Por favor, recibe a los invitados, llevaré a Kat arriba –digo al tiempo que la cargoHenry asiente y se apresura a acercarse al alfa Matthew, quien sigue a Henry a la recepción.–Mira papi, lo encontré –dice abriendo sus manitas para mostrarme un pequeño caracol–Es muy bonito Kat, ¿lo llevamos arriba? –le pregunto al tiempo que reprimo el e

―β― Raine Dubois: Después del primer encuentro con Cole. Casi veinte minutos después de que la hermosa pareja se marchara, han servido la cena, un delicioso filete miñón acompañado de puré de papa y un pequeño racimo de espárragos envueltos en tocino. “Mi compañero no tendrá buen gusto en mujeres, pero sí que lo tiene para la comida” “Mira quien fue a hablar”–gruñe mi loba burlonamente Como tiene razón, decido ignorarla y procedo a devorar mi comida, como estuve ocupada haciendo mi berrinche, no pude comer nada en la tarde, así que lo único que tengo en la barriga es un pan tostado con mantequilla y un café. Recordar esto, me hace entender el por qué el poco alcohol que he tomado se me ha subido tan rápido. –No puedo creer que la loba mimada que vimos antes es la futura esposa del alfa Turner –balbucea Bren –¿Mimada? –pregunta Alan, quien va por la mitad de su platillo mientras que Bren y yo, ya hemos acabado De verdad, no conozco a nadie que coma más despacio que él. –Tu cué

― β ― Perezosamente, abro mis ojos al sentir que alguien me acaricia el cabello, un delicioso aroma masculino mezclado con la menta me hace inspirar profundamente, lo que me relaja por completo, así que decido cerrar mis ojos nuevamente sólo un momento. Al abrirlos nuevamente, me encuentro de cara a unos preciosos y pequeñitos ojos verdes que me observan con mucha curiosidad, por lo que, asustada, me levanto de golpe provocándome un fuerte mareo. –¿Quién eres? –me pregunta una niña –Me llamo Raine ¿y tú? – –Me llamo Kat Tune –me dice sentándose en la cama al tiempo que se aferra al peluche de un conejo –¿Po qué tas nuda? – Sin entender su última palabra, frunzo el ceño. ¿Nuda? … ¿Desnuda? Asustada, dirijo mi mirada hacia un espejo cercano, la situación es peor de lo que pensaba, no estoy desnuda, llevo puesta la camisa de un hombre. –Eh… Kat… ¿Dónde está tu papi? – –¿Quieres velo? – –¿Puedo? – –Shi –me dice al tiempo que baja de la cama con dificultad, la cual, es muy alt

― β ― –¿Por qué rayos me estoy preocupando por mi ropa? –me pregunto al tiempo que lanzo al suelo el quinto short que saco de mi maleta –¿Desde cuando me importa la apariencia? –gruño frustrada arrugando entre mis manos la cuarta blusa de tirantes que saco Pese a que Cole se había levantado tarde, según él, claro, él ya olía al mismo champú que yo he usado y vestía elegantemente. –Pantalones negros de sastre y camisa negra…–mascullo al recordar su atuendo –Y blazer negro…–agrego al dirigir mi mirada al perchero, parece que lo usará en el almuerzo Quien quiera que haya hecho esta maleta, olvidó que Alan tenía un almuerzo después de la fiesta de compromiso. –Supongo que esta es mi mejor opción…–susurro al sacar unos vaqueros negros y una blusa de tirantes negra –Aunque, que los pantalones estén rasgados no me ayuda…– No soy de comprar ropa elegante ni llamativa, prefiero la comodidad, y es que no es raro que me reten a un combate un par de veces al día, por lo que prefiero tener li

― β ―No sé que ha estado contando Cole durante los últimos treinta minutos, pero que el rumor de que soy su compañera se ha esparcido, pues cada persona que pasa cerca de nuestra mesa se me queda viendo y eso ya está comenzando a irritarme.–¿A qué hora es el anuncio? –le pregunto a Alan, quien acaba de ocupar su lugar nuevamente tras charlar brevemente con otro alfa–Estaba programado para la una –dice tras consultar su reloj –Pero como ha llegado tarde, seguramente lo ha movido para la una y media ––¿Estás nerviosa? –me pregunta Bren, quien ha estado dibujando con Kat los últimos minutos–¿Por qué estaría nerviosa? ––Oh, no lo sé, tal vez porque pronto serás presentada como la compañera del gran alfa Cole Turner –me dice Alan burlonamente–No lo estoy Alan, ni que me fuera a presentar como su Luna –digo apretando los dientes –Mas bien, me está presentando como un problema –Admito que al principio no lo pensé, pero, al recordar que aún debe mantener su compromiso con Danielle, bu