CURVAS DE INFARTO. CAPÍTULO 38. Gemidos en la nocheLa besó como si quisiera tatuarse su sabor, con urgencia y deseo, porque sabía que esa noche cruzarían del todo la línea. Con la palma abierta sobre su vientre, encontró ese punto exacto que la volvía loca, haciéndola temblar, maldecir, gemir y, fi
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