Luiza sale del baño, dejando a Liz a sus anchas, y se dirige a su habitación. Mientras, Liz sigue bajo la ducha, intentando relajarse un poco. El día ha sido muy agotador, no solo por todos los pacientes que atendió, sino por todo lo que pasó. Le dolía tanto la cabeza que parecía que iba a explotar. Aunque ya había tomado un analgésico en el hospital, el dolor persistía. Liz termina su baño prolongado, se seca, se dirige al vestidor y se pone solo una bata de felpa. Se acuesta en la cama. Su estómago duele, ya que no cenó nada, y aunque tiene hambre, está demasiado cansada para bajar a comer algo. Se queda mirando el techo, pensando en todo lo que pasó, y no tarda mucho en quedarse dormida.Por la noche, los médicos reducen la sedación de Acacia para ver cómo reacciona, y para ella, ese momento es infernal. Flashes de todo lo que sucedió le vienen a la mente, y siente como si estuviera allí, pasando por todo de nuevo. Su ritmo cardíaco se acelera constantemente, provocándole una parad
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