—¡De verdad!Aliviada por la respuesta afirmativa de Greta, Alba se sintió mucho mejor. —Tienen razón, hoy es mi día de boda, todo lo demás puede esperar hasta mañana.Alba miró el reloj; faltaban solo treinta minutos para la ceremonia. Al pensar que en media hora sería la señora Mendoza, Alba se emocionó aún más.Pero en ese momento, no tenía idea de que la esperaba una terrible noticia.Valentina regresó al hotel y se cambió de ropa nuevamente.Diego y Alonso la acompañaban, y desde que entraron, atrajeron la atención de todos los presentes. Los tres tomaron asiento y esperaron el inicio de la boda. Los novios aún no habían hecho su entrada, pero la zona de prensa ya estaba lista. Finalmente, el novio subió al escenario cuando el maestro de ceremonias lo invitó.El novio era alto y llevaba un traje impecable, pero desde el principio, mantuvo su espalda hacia la audiencia, como si deliberadamente no quisiera que vieran su rostro. Sin embargo, solo con su silueta bastó para que l

Desde la distancia, los invitados no podían distinguir el rostro del novio de inmediato.Incluso Alba, que estaba en el escenario, tenía su visión bloqueada por los pétalos que caían constantemente. Aunque no podía ver el rostro, la figura alta que se acercaba lentamente a ella capturó su atención.Con cada paso que daba el novio, Alba se sentía más nerviosa. Al final, la ansiedad la hizo sentir que casi no podía respirar.Dejando de lado la posición de poder que tenía en la Corporación Mendoza, solo su rostro atractivo era suficiente para hacerla caer rendida.Y ese hombre tan destacado, ¡era su esposo! En ese momento, se detuvo a solo un paso de ella.Los pétalos seguían cayendo, cada vez más densos. Pero con un solo movimiento, ese hombre podría tomar su mano.Alba tragó saliva, impaciente y emocionada, deseando que la lluvia de pétalos se detuviera para que Santiago pudiera levantar su velo y admirar su belleza.A medida que la música se ralentizaba, los pétalos finalmente d

Esa risa, cargada de sarcasmo, hizo que todos se sintieran incómodos.Luego, Santiago dijo:—Es una buena noticia que Alba esté embarazada, pero ¿quién dijo que el hijo es mío?Esa pregunta dejó a todos atónitos. Greta no pudo contenerse y exclamó, —¡Santiago, cómo no va a ser tuyo! Aquella noche, solo tú y Alba tuvieron relaciones. Santiago mostró una expresión de desprecio y la interrumpió, —Alba, ¿no les contaste lo que realmente pasó esa noche?De inmediato, todas las miradas se dirigieron a Alba, incluyendo las de la familia Moreno. La presión de todas esas miradas hizo que Alba se sintiera aún más insegura, y sus ojos comenzaron a evitar el contacto visual.Greta, percibiendo algo extraño, se acercó rápidamente al escenario y le susurró con urgencia, —Alba, ¿qué está insinuando? ¿Qué no nos has contado?La mente de Alba estaba en un caos. Su reacción hizo que Greta sospechara aún más. ¡Tal vez Santiago nunca había tenido relaciones con Alba esa noche!—¡No digas nada! So