—Déjalo.—¡Tal vez sea una emergencia!Natalie se acercó y le tendió el teléfono móvil que estaba sobre la mesilla, con la voz un poco ronca.—No tenemos prisa.Leonardo cogió el teléfono, con mucho deseo en los ojos.—Ya verás si tengo prisa o no.Se levantó para contestar, sin saber lo que le dijo, su rostro se puso serio de repente.Después de colgar, giró la cabeza para mirar a Natalie, —Natalie, hay una emergencia en la empresa, voy a solucionarla primero. Espérame.Natalie se sentó lentamente, le miró tapando con la colcha, —Sí.Al verla así, Leonardo le sujetó la nuca y la besó con fuerza, luego se vistió y se fue.Leonardo se quedó fuera toda la noche, cuando Natalie bajó a la mañana siguiente, ya había vuelto, y al ver las ojeras que tenía, supo que no había dormido en toda la noche.Al ver su rostro preocupado, Natalie preguntó: —¿Pasó algo grave?Leonardo negó con la cabeza, —Nada, ya está solucionado.—Bueno, qué bien, ¿pasaste la noche en vela? Descansa un poco.—Bien. Llá
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