Ya está confirmado que la niña si es parte de mi familia, es una Amato de sangre. Aún siento una m*****a desconfianza hacia ella. No puedo ignorar el hecho de que creció con Edward, de que quizás Edward la tenga entrenada para su beneficio. Hasta que él no esté tras las rejas o muerto yo simplemente no podré confiar en ella.Ahora mismo estamos llegando a la villa, ahora devuelta a su antigua gloria y renombrada Villa Di Amato. Cómo nunca debió dejar de llamarse.Mi tía Zeinette me espera a las afueras, apenas hace unas horas fue que le avisé de nuestra nueva integrante y le pedí que por favor se encargará de avisarle a la familia.— Sobrino. Al fin llegas ¿Dónde está ella?— Ahora mismo está en el auto. No he tenido la oportunidad de hablar mucho con ella, hemos estado moviéndonos para al fin llegar aquí.— El viaje desde Inglaterra tuvo que haber sido muy largo para ella entonces.— No más largo que la vida que tuvo con ese hijo de puta, hay muchas cosas que salieron en los estudios

Narra Agnes Bachelet.Una risita traviesa salía desde la que era mi habitación antes de ir al hospital a traer a mis bebés al mundo. No pude evitar sonreir yo también e ir un poco más rápido hasta llegar a la puerta de la habitación, se encontraba entre abierta y ahí estaba mi hermosa sobrina al pie de dos cunas.Alina se encontraba leyendo un cuento a mis bebés.— Y si bebés, el cerdito más inteligente se encontraba un poquito asustado por sus hermanos.Me aferre a la puerta mientras les veía a los tres totalmente embelesada. Me adentré a la habitación en silencio.Alina sintió mi presencia.＞＞ Ah hola mami, estoy leyendo a sol y estrellita el cuento de los tres cerditos.Dijo sin voltear a mirarme.＞＞ ¿Ya viste a mi tía? ¿Ella aún no despierta? ¿Cuánto más va a dormir?Su voz aunque preguntaba activa, también se escuchaba triste al hablar de mí.Ainara entró a la habitación también y me abrazó. Alina al ver que su mamá no respondía se dió la vuelta y al fin nos vio juntas.＞＞ ¡Tiiii

Un par de manitas tibias se pasean por mi cara adormilada, mis ojos aún cerrados y las inmensas ganas de reírme están cavando un hoyo grande en mi estómago. Litros y litros de baba cayeron en mi cara por lo que ya no aguante más y la risa salió en extremo escandalosa. Mi pequeña estrellita pegó un brinco asustada y no pude detener las carcajadas al verla. — Hola estrellita.Sus inmensos ojos miel me miraban atentamente con un poco de temor por el pequeño susto. >> Buenos días preciosa de mamá. Está vez su boquita se ensanchó en una pequeña sonrisa, reconoció la palabra y entre pequeños balbuceos la repitió. Me abalance a sostenerla entre mis brazos, me puse de pie con ella y los rayos tibios del sol de la mañana nos regocijaron dándonos un momento mágico. La Toscana desde la ventana se observa en toda su magnificencia, pero lo que verdaderamente llamaba más mi atención fue ver la mesa repleta de comida y a los hombres de mi vida juntitos disfrutando del paisaje. Mi corazón brincó