En otro rincón del mundo, la manada de Kerry se encontraba sumida en el caos. Él, su líder, recorría los pasillos del complejo con una expresión desencajada. La habitación de su luna estaba vacía, el aroma tenue de su esencia apenas persistía en el aire. No había rastros. No había notas. Solo un silencio devastador.Intentó conectar con ella a través del lazo... pero nada.Su lobo seguía dormido. Inerte. Como si supiera que enfrentarse a la realidad sería insoportable. Según el anciano de la manada, esa desconexión duraría al menos un día más.—¡Búsquenla por todo el territorio! ¡Ahora! —rugió Kerry a los guardias.Aunque la orden fue acatada de inmediato, no lo hicieron por él. Lo hicieron por ella.Por Zaria.Por su luna.Aquella mujer que había llegado a sus vidas como una brisa suave entre tormentas, y que, a pesar del sufrimiento en sus ojos, irradiaba una luz que todos en la manada habían aprendido a respetar… e incluso a amar. La misma que solía caminar en silencio, sin levantar

Capítulo 12Era difícil de creer, incluso para quienes lo conocían desde hace siglos, que un vampiro, y no cualquiera, sino el mismísimo rey de los vampiros, estuviera compartiendo una conversación tranquila con una humana. Esteban, cuya frialdad era tan legendaria como su poder, llevaba más de media hora hablándole a Zaria. Le hablaba de su naturaleza, de su reino, de las antiguas tradiciones de su especie, y lo hacía con una paciencia inusual en él. Zaria lo observaba en silencio, con esa mirada curiosa que no sabía disimular, absorbiendo cada palabra, cada gesto, como si intentara descifrar los secretos ocultos en la voz pausada del vampiro. Sus ojos, grandes y atentos, se movían de sus labios a sus manos, memorizando cada movimiento, cada inflexión, como si con ello pudiera comprender mejor el mundo al que él pertenecía. Era una curiosidad inocente, pero intensa, como la de una niña que descubre un universo nuevo y fascinante, uno del que ahora se sentía parte sin saber muy bien po

Capítulo 14. Ya todo está arreglado, el médico les dio la buena noticia de que Zaria podía salir del hospital, pero que tenían que tener mucho cuidado con la alimentación de ella, ya que está muy delgada y no tienen que dejar que ella salte comidas. Ellos encantados de cuidar de ella, pero como habían acordado en ese momento ella se iría con Esteban a su reino y él sería el encargado de cuidar por dos menos y bueno, no es que eso le moleste, es más, desearía tenerla por siempre en cada lugar, pero saben que no pueden estar todos al mismo tiempo, ya que son siete y primero ella tendrá que entender lo que eso representa. —Nunca pensé ver cosa semejante. — comento Bastian viendo como este le sonríe a su humana mientras le da de comer. Es que para ellos es muy entraño ver que el vampiro sonría nunca en los tantos años que se llevan conociendo vieron cosa así. —Es increíble que pueda sonreír. —le contesto Muriel, igual de impactado, viendo al vampiro. —Pero sé que ella provoca eso en é

Capítulo 16. Zaria poco a poco abrió los ojos y con su mano derecha hecha puño se restregó el ojo izquierdo mientras se siente en la cama de forma perezosa. Un poco confundida ve a su alrededor, definitivamente no recuerda donde está porque todos a su alrededor le son desconocidos. Y lo más extraño es que ha podido dormir sin ninguna pesadilla, desde que se alejó de Kerry en el tiempo que estuvo en el hospital siempre tenía pesadilla, pero en ese momento ella se da cuenta de que estas no se hicieron presentes. Ella vio con curiosidad todo a su alrededor y se dio cuenta de que en el ambiente se siente una sensación de paz más el aroma que la envuelve como si de una manta se tratara. Zaria no puede evitar serrar los ojos y respirar profundamente, no sabía que era, pero ese aroma la hace sentir bien y como si es lo único que necesita en esos momentos. Pero su acción se ve interrumpida por el sonido que hace la puerta al ser abierta. Por ella entran tres mujeres con la cabeza ligeram

Capítulo 18. Zaria ve maravillada como los niños juegan entre sí soltando carcajadas de vez en cuanto, pero algo llama la atención de Zaria y es un niño en una ventana que ve como juegan los demás, pero este no sale. Ella se levanta de donde estaba sentada y viendo con curiosidad se dirige donde está ese niño. Se mete a la casa y sin saber en qué dirección ir, pero llega hasta la habitación de ese pequeño. Al llegar por un momento no ve nada extraño, luego un quejido proveniente de una cuna llama tanto la atención del niño como la de Zaria. El niño al ver al verla rápidamente corre desde la ventana hasta la cuna del bebé que comienza a llorar. Zaria ve como el niño mayor trata de consolar al bebé, pero este parece no importarle porque los quejidos comienza a hacer más fuerte y en cualquier momento comenzaría a llorar. El niño vea, trata de calmar, no puede ella al ver esto se acerca más a los pequeños de forma lenta para demostrarle que no es una amenaza ni para el cómo para el