Narrador omnisciente. — ¿Te gusta esto? — pregunto Einar con una sonrisa pícara. — ¡Einar por el amor a Dios! — se tapo el rostro con la mano al ver que el chico hacia una especie de baile con sus cadera pero lastimosamente tenía una toalla puesta alrededor de su cintura y Ada temió verle algo más allá. Einar solto una risita burlona mientras se subía a la cama tal cual como estaba y acorralaba a la pequeña Adamaris debajo de él. Ada trago grueso al verlo en aquella posición y su mente le jugó feo al imaginar escenas explícitas con el asi. Ada gimio al instante al sentir aquel roce contra su intimidad y Einar sonrio un poco al verla tan roja y nerviosa por lo sucedido. — Eres tan linda. — acaricio las mejillas de la muchacha y ella sonrió emocionada. — Me gusta verte sonreír amor. — finalizó dejando un pequeño beso en los labios de la menor quién ahora acariciaba sin pudor los pectorales fuertes del muchacho. Ada suspiro y abrazo con cuidado al muchacho quien la recibió a gus

Narrador omnisciente— ¡Basta no me gusta esto Einar! — chillo la castaña. — Pero Ada cálmate primero. — dijo de lo más tranquilo el muchacho.— ¿Cómo demonios quieres que me calmé? — contesto entre dientes, se estaba enojando más de lo que ya estaba y a Einar le estaba dando gracia verla asi. ¿Por qué peleaban? Simple, los cambios de humor de Ada aumentaban demasiado y el ya estaba comenzando acojonarse más de lo que ya estaba. Optó por tomarla de la barbilla y susurrar: — Vamos a la habitación Ada. No tenía la menor idea de porque la llevaría a la habitación pero necesitaba hacer algo para que se calmará.— ¿Qué pasa? ¿Por qué demonios te ríes? — preguntó confuso al verla sonreír.— ¿Qué haremos en la habitación? — preguntó ella con una pizca de morbo. Einar bufó por lo bajo y busco autocontrol para no decir algo que molestará a Ada, ya se estaba volviendo algo bipolar eso de alguna manera no le agradaba porque sabía que eso traería consecuencias en el embarazo. — No seas tan.

Narrador omnisciente Se que todos alguna vez han sentido aquella sensaciones de angustia, tristeza dentro de sus pechos, una sensación que te mata y te preocupa tanto que provoca tu intranquilidad. Bueno Ada se encontraba así en estos momentos. Estaba en su clase de filosofía, desconcentrada mirando de un lado a otros como sintiera la precensia de que algo no anda bien ay alrededor, ya no le agradaba sentirse así y menos sin la compañía de su hermano o de Shirley quiénes por dificultades no estaba con ella en la institución. Votó el aire que tenía retenido y decidió ignorar aquello que sentía su pecho. — Señoritas Ada. — la llamo el profesor. — ¿Se encuentra bien? — pregunto en un tono preocupado. Ada nego disimuladamente y asintió nerviosa, el profesor la miro dudoso pero continúo con la clase la cual faltaba poco para acabarse. — Me estoy volviendo loca. — susurro para ella misma. Unas gruesas lágrimas bajaron por sus mejillas mojando la hoja de la libreta la cual estaba vací

Habia pasado casi dos semana y media y para ambos chicos se sentía una tortura no tenerse mutuamente, tampoco es como que hayan terminado su relación, pero, se sentía un vacío enorme por las noche y más para Einar quién se encontraba más afectada que la misma Adamaris quién solo se la pasaba enfocada en pensar y mejorar su actitud que ya no eran tan depresiva y decaída como antes. Ambos se extrañaban tanto que ni siquiera podian disimular las miradas cabizbajas que se daban en los pasillos que unía la universidad con el instituto, tanto así que, hace tres días Einar termino llamado a Ada solo para escuchar su voz, que por cierto, extrañaba escucharla quejarse de los vómitos, mareos y antojos que presentaba debido al embarazo. Ese día después de la llamada Einar pudo dormir tranquilamente como si estuviera durmiendo con ella a su lado, lo reconforto bastante escuharla porque verla lo hacía perder la cordura de querer agarrarlar, besarlar, cuidarla y decirle que de verdad la ama tanto