Rechazo...

Capítulo 6

Larry…

Me despierto a las cinco y media de la mañana, me tomo un jugo para después tomar un baño, me visto para salir hacia la universidad, en la cual doy clases, al llegar dejo mi auto y voy a la cafetería por mi café de siempre. En cuanto me lo dan voy hacia el salón a esperar a mis alumnos, que ya la mayoría llegaron solo saludo.

−Buenos días. –Viendo como una de ellas, saca su celular para tomarme una foto−. No hagas eso Daniela, sabes bien que no está bien.

−Profe sabía usted que el día de hoy; usted se ve más caliente, que otros días. –Dijo sin más mordiéndose un labio−. Además su club de admiradoras, piden a gritos la foto del día, así que quién soy yo para negárselas.

Solo sonrió ante sus comentarios y muevo la cabeza en negación. –Busquen el archivo que les envié hoy lo vamos analizar. –Daniela es una de mis alumnas, que está deseosa por salir conmigo, pero yo ni pensarlo haría eso: Una por su edad, dos porque es mi alumna, tres porque es hija de un socio de la empresa y cuatro no es Alisa.

Cuando terminó la clase, salgo como disparado hacia la empresa, ya que no me gusta llegar tarde, mi secretaria ya me pidió algo para que desayune en el restaurante de siempre, sobre todo cuando no tengo salida con los socios. Llego aparcar mi auto y lo que veo me deja con el cerebro aplastado, es Alisa que trae un vestido en línea A de color amarillo, con una falda plisada que estiliza su cintura, con su cabello suelto y en la parte de arriba tiene un escote, que con sus movimientos, deja ver parte de sus senos. Creo que lo que hice anoche no me va a servir de nada, de seguir así todo lo que gano lo dejare con la madame, ya que esta mujer va hacer que pierda la cordura.

Siento que golpea el corazón de lo rápido que corre, solo dejo que llegue hasta la entrada para poder bajarme de mi auto ya que una parte de mi anatomía se ha levantado sin ni siquiera pedirlo. Un día de estos mi amigo me dejará en vergüenzas frente a ella. Veo por los vidrios que ella entra al elevador, no se da cuenta que estoy en el auto ya que es polarizado sino, hubiera sabido de inmediato que no podía apartar mi vista de ella.

Trato de relajarme para poder subir a mi oficina, solo respiro para llegar…

−Buenos días Margarita, ya está listo mi café.

−Sí jefe, también su desayuno ya lo pedí, está sobre su mesa donde come siempre. –Dice buscando algo en su ordenador−. La señorita Alisa también llegó y me dijo que deseaba preguntarle algo, lo está esperando.

Cuando ella dijo que Alisa estaba en mi oficina, casi me atraganto con mi saliva, al saber que estaba tras esa puerta, solo espero que mi castigo se acabe pronto porque a este paso me volveré loco. Entro y la veo ahí sentada, esperándome con su café humeante en su mano, solo mirándome al entrar.

−Buenos días… ¡Alisa!

−¡Oh buenos días Larry! Espero que no te moleste que esté esperándote, es solo que ayer me llegaron estos estados y no entiendo algunos, es por eso que decidí venir a preguntarte. –Dijo dejando su taza de café en la mesita−. Perdón pero veo que apenas vas a desayunar y yo ya apabullando con mis preguntas.

Yo estaba estoico viéndola, no podía apartar la vista de ella, pero trate de controlarme, solo sonreí ante su pregunta. –¡No! Está bien, digo yo debería desayunar temprano, es solo que no me da hambre, doy mi clase en la mañana muy temprano y después desayuno aquí. Pero bueno no es algo que no pueda esperar, vamos enséñame lo que traes. Me siento a lado de ella, se acerca para darme los documentos y comienzo a verlos, viendo por los que ella pregunta en específico. Pero en el trayecto su vestido se abre de ese escote, dejándome ver la piel de sus senos que a simple vista son muy apetecibles ¡Dios! ¡Me voy a ir al infierno!, Trato de poner atención a los documentos, para contestarle.

−Oh si estos, bueno estos están aquí ya que fueron las ganancias del mes pasado, que fueron directo a inversión de nuevo, pero no están directamente conectados a la empresa, sino son inversiones que son hechas en el extranjero. Por eso de tu confusión, deberían estar separados, pero como yo les entiendo no lo hago, aunque para ti pediré que los separen.

-¡Oh no! No quiero causar molestias, es verdad solo que tenía una duda, pero ahora que me lo aclaraste los puedo ver, no pidas que lo separe yo debo verlo, ya que no serán las únicos que veré y nadie se tomara la molestia de separarlas por mí. –Dijo sin dejar de estar cerca, solo que si no me muevo yo estaré en problemas, en muy serios problemas.

−Bueno no sé, si tienes alguna otra pregunta, no temas en hacerlas por muy tontas que sean, debes aprender bien, ya que por lo que se los negocios de tu familia los llevarás tú. –Dije cruzando mi pierna, para que no se notara mi erección que ya era evidente, el tenerla cerca me afecta demasiado. −Tomando mi taza de café para comenzar a beberlo.

−Bueno si, no es una pregunta es solo que yo tampoco he desayunado, no sé, si te gustaría salir a desayunar conmigo. –Dijo con una sonrisa que ilumina−. No desayune ya que por el momento vivo sola y no me gusta comer sola.

−Solo sonrió ante su solicitud, pero no debo aceptar, el estar así ya es demasiado para mis neuronas, como para seguir con el mismo suplicio. –Me gustaría acompañarte, solo que tengo una junta en no más de 30 minutos, así que no daría tiempo para ir a algún restaurante o cafetería y regresar, creo que lo podemos dejar para otra ocasión.

Alisa…

−Cuando me dijo que no podía casi podría desmoronarme, pero tenía razón él ya tenía sus días ocupados que yo solo no podía venir y cambiarlos. –Cierto olvidaba que ya tenías tu agenda llena. –Levantándome de mi asiento para emprender la huida.

Larry…

−Espero y no te molestes, pero de verdad ya la junta la tengo encima. –Digo un poco apenado, en verdad que me encantaría si pudiera hasta cancelaría todas mis citas y le dedicaría el día completo a ella. Pero debo actuar razonable, no debo cruzar la línea y eso implica, no salir con ella en nada referente a lo que no sea trabajo.

−Bien Larry entonces seguiré con mi trabajo en la oficina, si necesito algo. –Dice con un hilo de voz entrecortado, al sentirme un poco rechazada.

−Si necesitas algo no dudes en venir. –digo viendo como ella sale de mi oficina, ese día hasta el hambre se me quito, el solo hecho de haber rechazado aquella invitación hizo que todo el día, me sintiera mal conmigo mismo.

Alisa…

Me voy a mi oficina un poco dolida, ya que él me rechazó la invitación para almorzar, pero bueno no me rendiré, me senté a hacer mi trabajo, cuando recibo una llamada de mi madre. Cuando veo el numero solo suspiro antes de contestar…

−Si madre, dime. –Digo llevando las manos a las sienes ya que sé que esa llamada viene acompañada de un reproche.

−¡Alisa! ¿Cómo es posible que haya terminado con Fernando Lennox?, ¡¿Qué te pasa?! Cuando terminaste con John no dije nada, ya que pensé que aun eras muy joven y era la razón por la cual no se habían entendido, pero ¡Por Dios Alisa! ¡¡Lennox!! Si ese hombre es súper importante en Londres. Aparte dejas Londres para regresar a América, dime una buena razón porque aún no la encuentro.

−Mamá si estudie finanzas es para llevar las empresas, no sé ¿Por qué te empeñas que solo me reduzca a una simple esposa de alguien? Lo de Fernando estaba más que terminado, él y yo solo no podía con esa relación. Él es muy celoso, sin contar que hasta agresivo, ya no podía estar con una persona así, varias veces te dije que yo quería terminar con él pero tú te empeñaste a que regresara con él, pero esta vez ¡No mamá, no lo haré!

−Dices que es agresivo, pero él me contó que tú lo abofeteaste ¿Cómo querías que reaccionara? Si estabas descontrolada, él te vio que bailabas con otro hombre ¡¿Que esperabas Alisa?! ¡Que te aplaudiera! Era lógico que se iba a molestar.

−Si golpeándome así iba a reaccionar, ya te dije que no regresaré con él, no lo haré mamá así que ni se le ocurra buscarme, porque si me llega a tocar un solo pelo, esta vez hablaré con papá y el que le diga, ¡¡¡Si es lógico lo que me llego hacer!!! –Espeto muy molesta, casi gritando.

−Está bien, no diré más solo que deberías reconsiderar lo de Fernando, si tan solo te comportarás como una chica de buenas costumbres, podrías sobrellevar a Lennox ¡Hija! Mejor partido no podrás encontrar. –Bajando el tono de voz un poco más meloso−. Debes ser más astuta, tu solo no debes de salir con un cualquiera eso debes entenderlo, la imagen de las empresas, así como el apellido debe surgir; ya vez hasta la huérfana de Camila fue inteligente, casándose con uno de los Macmillan ¡Y no cualquiera! El nieto de Elena, eso hija es exactamente lo que quiero para ti ¡Grandeza!

−¡Si mamá como tú digas! Colgándole, la verdad es que si sigo escuchándola a la que le va a dar algo será a mí, la que le dé algo. Mi madre no entiende, que hay más allá de solo casarte con alguien por dinero o por un apellido ¡Existe el amor! si ella aun no lo ha experimentado no soy culpable de eso. Pero ella no lo entiende, si termine con Lennox es porque ya me había golpeado una vez.

Esa vez, habíamos quedado de ir a cenar a uno de los restaurantes, de la cadena de la cual Lennox es dueño, llegamos muy contentos porque estábamos celebrando, que estábamos cumpliendo seis meses de novios. En ese tiempo estaba tratando de olvidar a Larry, realmente lo estaba intentando, Fernando me gustaba y mucho, era como mi tablita de salvación para dejar el pasado atrás. Pero él tiene un pequeño defecto, sus celos excesivos de los cuales si me había dado cuenta, anteriormente ya me había hecho un par de escenas de celos, pero nada fuera de lo normal hasta esa noche…

Llegamos y él tuvo que atender una llamada, en eso en una mesa de la esquina alguien me hacía señas, cuando me di cuenta mi amigo Mike estaba ahí con Natasha una de mis amigas, que solo me acerque a saludarlos, tenía varios meses sin verlos que solo abrace a Mike muy efusivamente. Sin percatarme que Lennox, ya había terminado su llamada y estaba con los puños cerrados viendo la escena, sin más se fue a los golpes contra Mike este desde luego le respondió sin saber ¿Qué estaba ocurriendo? Los hombres de Lennox los separaron y yo no sabía ¿Qué hacer?, solo acudí a mi amigo que era el que había sido golpeado. Pero Lennox no dejaría que yo hiciera eso, él simplemente me tomó del brazo para sacarme del restaurante y ya afuera me abofeteó tan fuerte, que me tiró al suelo.

Después solo me levanto para tratar de meterme al auto, con toda la fuerza que tenía y mis amigos acudieron a mi ayuda, Natasha llamó a la policía y fue la manera en que Lennox dejó que me fuera con ellos. Después de ese incidente, obvio lo deje pero él parecía que no entendía que yo no quería nada con él, le dije a mi madre pero ella solo me dijo que Lennox ya había hablado con ella y que yo siempre me había portado como una cualquiera, que él solo había explotado, ya que solo era una coqueta desde mi vestimenta hasta la forma de comportarme con los hombres, que siempre quería llamar la atención.

 Primero me pidió perdón tratando de comprarme regalos ¡Como si a mí eso me importara! Después como no accedí a regresar me buscaba en la universidad, en la entrada o la salida, después me acosaba a todas horas. Me buscaba hasta en los baños de los centros comerciales, en los antros a donde fuera ahí estaba, hasta que decidí regresar a América, por el momento sé que no me buscara, ya que tiene problemas con su cadena de restaurantes, quizás cuando los resuelva yo ya no sea su objetivo a seguir. Si no me veré en la penosa necesidad de hablar con tía Elena, para que le ponga fin a esta situación, mi padre no sabe nada y si lo sabe ya mamá le habrá dicho ¡Que toda es culpa mía!

Solo me dispongo a trabajar después de recordar tan amargos sucesos, si antes hubiera visto las señales, si tan solo hubiera esperado a que llegara el indicado, pero solo quería sacar de mi sistema esa obsesión, por el nombre que me ha perseguido desde la adolescencia ¡Larry!

Después de que pasaron varias horas, estaba dispuesta a llevar mi lista de preguntas a mi amor secreto, ya que no lo he visto desde la mañana y si quiero realmente enamorarlo, estando lejos de él no lo lograré. Llegó hasta donde está el puesto de su secretaria pero no la veo, creo que salió o fue hacer algún pedido de Larry. Estaba a punto de llegar cuando escuchó voces de la oficina de mi amor. ¡Oh vaya es tía Elena!

Me acerco muy despacio para escuchar, qué es lo que trae a tía Elena hasta la oficina de Larry…

Larry…

−¡Hijo! ¿Cómo sabes? Ya pronto será el aniversario luctuoso de mi hijo. Edward ya me avisó que no podrá venir, que está feliz en su luna de miel y que ni loco regresara. –Sentándose en uno de los sofás de aquella oficina, saboreando una taza de café humeante que ya tenía a su disposición.

−Si eso me dijo, está feliz y no desea ser interrumpido, me pidió que me hiciera cargo de todo, que de un pequeño discurso en su nombre. –Sentándome a lado de la señora Elena Macmillan.

−Pero dime hijo, hasta cuando tú decidirás seguir los pasos de mi nieto, digo ya es hora de que comiences a tener a tu familia, antes podría decir que tu deseo por mejorar era lo que te detenía, ¡Pero ahora! –Tomando mi mano entre las suyas −. Creo que debes dejar el recuerdo de ella en el pasado y ubicarte en el presente, pensé que cuando comenzaste a salir con Ivana, ella sería la persona correcta para ti. –Mirándome con ternura.

−No señora Elena, ella no es la persona con la que yo desearía formar una familia, es guapa lo admito pero no para eso. –Digo levantándome de ese asiento y yendo hacia el ventanal de mi oficina, meto las manos a mi pantalón para mirar el cielo.

−¡Larry, hijo! sé que muy ahí adentro hay alguien, solo me gustaría saber ¿Quién es? Sabes que te apoyaría, no importa que simplemente fuera una empleada. –Dijo sorbiendo su taza de café.

−Solo voltee para sonreírle ‹‹Ojala y fuera solo una empleada›› Pensé, eso sería más fácil en mi vida. –Señora Elena, no debe preocuparse por mí, a mi debido tiempo sé que llegará alguien quien llene este lugarcito. –Sacando mis manos de mi pantalón y señalándole el corazón.

−Sabes que te quiero como a un hijo, desde que llegaste a nuestra casa te convertiste en mi nieto, pese a que no quisiste llevar el apellido de la familia, pero sabes bien que para mí eres como mi nieto. –Me acuclillo cerca de ella y la señora Elena me acaricia las mejillas como cuando era niño−. Solo deseo que seas feliz, así que deja ese fantasma que tanto te atormenta y trata de ser feliz.

Solo asiento con la cabeza. –Tratare de hacerlo se lo prometo, en verdad que lo haré, pensando a mí mismo qué debo sacar de mi sistema a Alisa, que está por hacer que me vuelva loco.

Alisa…

−Estaba por escuchar ¿Quién es ese fantasma del que tía Elena habla? Cuando de repente.

−Señorita Alisa se le ofrece algo. –La secretaria está detrás de mí, cachándome en lo que hacía.

Continuara…

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