CAPÍTULO 1.

Dakota.

Las nubes era lo único que podía apreciar, tras la pequeña ventana del avión. No podía negar que viajar en avión era una de mis grandes fantasías desde que estaba pequeña, pero al mismo tiempo era una de mis pesadillas.

Existían tantas películas donde un avión era el principal acontecimiento de un horrible accidente Destino Final era una de ellas. Y eso solo me dejaba pensando en mil posibilidades de que algo saliera mal.

Desde pequeñas mi mejor amiga de la infancia y yo decidimos que en cuanto nos graduáramos de la universidad empezaríamos a ahorrar para así hacer un viaje a Londres. Nosotras teníamos mucha visión y queríamos buscar nuevas oportunidades en ese lugar a parte de conocerlo.

Muchas personas decían que era hermoso y por esa razón nosotras queríamos conocerlo. Quizás encontráramos trabajo, fiesta e incluso un esposo. Ya que tener veinticinco años y seguir soltera no es un buen requisito para mi madre, según ella iba a morir sola sin un hombre y sin hijos.

Dirigí mi mirada a Olivia y ella se encontraba algo alterada. Sin dejar de susurrar quien sabe qué. No pude evitar sonreír al ver el pánico que expresaba en su rostro.

El avión llegó a lo que parecía un aeropuerto y Olivia cambió su expresión de espanto por su habitual expresión coqueta. —Desde ya lo digo —pasó una de sus manos por sus labios y empezó a retocar su labial —Si yo no salgo casada de este lugar y aunque sea embarazada, no viajaré más en mi vida.

—¡Olivia! —chillé dándole un golpecito en su brazo.

—¿Qué? Tengo mis expectativas muy altas, tengo que casarme amiga —se levantó de su asiento y de igual manera lo hice.

Bajamos del avión y nos tendieron nuestras maletas, solté un suspiro en el momento en que la fría brisa golpeo mi rostro.

—Londres —susurré para mí. —Por fin — ya estaba pensando en la calidad de vida que debía atenerme en este lugar.

—¿Quieres ir a conocer el lugar o vamos a nuestro apartamento? —preguntó Olivia colgando su bolso en su hombro y con su otra mano empezó a arrastrar la enorme maleta de ruedas.

—Sería mejor ir al apartamento, dejar las maletas, cambiarnos y luego conocer el lugar —respondió y me dediqué en seguirla.

—Me encanta que seas inteligente Dakota, me encanta —murmuró con una sonrisa en su rostro.

Continuamos nuestro camino por el aeropuerto, podía sentir algunas miradas sobre nosotras y no era para menos ya que principalmente no llevábamos tanta ropa como ellos lo hacían y se podía decir que teníamos rostro de turistas recién sacadas de su país.

Sentí cuando alguien tocó mi hombro e inmediatamente me volteé y observé a un chico de cabello castaño, ojos verdes y muy alto —Disculpé se le cayó esto —dijo tendiéndome mi pasaporte.

Su inglés era hermoso, siempre me había gustado el acento inglés —Muchas gracias. —tomé el pasaporte y continué mi camino hasta Olivia. Ella en su lugar ya mantenía una sonrisa de oreja a oreja y podía adivinar muy bien lo que estaba pasando por esa cabeza.

—Muy guapo ¿Te pidió el número? ¿Te invito a dar un paseo? —preguntó y negué con la cabeza.

—Olivia, ni una ni la otra —aclaré, —Podrías dejar de pensar en eso un minuto, aunque no lo creas yo estoy aquí porque quiero conocer Londres y bueno si se da la oportunidad de conocer a algún chico puede que pasé algo más, pero lo principal es conocer este hermoso lugar.

Ella chasqueó la lengua y soltó una risita —Que manera de desperdiciar tu vida, yo si vine a casarme con un millonario.

Rodé los ojos y continué el camino hasta la salida del aeropuerto.

Olivia era muy linda, tenía una piel canela, cabello castaño a la altura de sus hombros, ojos cafés y un cuerpo muy bien trabajado por el gimnasio. Mientras tanto yo tenía una piel pálida, ojos cafés, cabello negro a la mitad de mi espalda y un cuerpo a base de gimnasio de igual manera.

—¿Crees que tenemos que conseguir un trabajo para poder vivir y darnos una buena vida en este lugar? —preguntó Olivia llegando a mi lado.

—Es lo más obvio querida amiga ¿Piensas que los ahorros que tenemos nos alcanzarán para vivir mucho tiempo aquí?

Ella chasqueo la lengua y asintió. —Quizás me consiga un millonario y no tenga que pensar en esas cosas —mostró una sonrisa y camino en dirección al lugar en donde se encontraban algunos taxis.

—Que voy a hacer contigo Olivia —dije a la nada antes de seguirla.

―――☪―――

Al llegar al departamento donde nos quedaríamos prácticamente dos meses y medio, mi mandíbula llegó literalmente al suelo. El lugar era súper pequeño, La cocina estaba a un lado de una de las camas y junto a ella se encontraba una pequeña puerta de lo que parecía ser el cuarto de baño.

—Diosito mándame a un millonario rápido —dijo Olivia tomando lugar en la cama.

Mostré una sonrisa y asentí. —Creo que tomaré esa opción también.

—Lo sabía, sabía que no ibas a resistirte —soltó un suspiro —Si quiero hacer cosas indebidas con algún chico tendré que ir a otro lugar, porque jamás traería a un chico a este lugar.

—Voy a ignorarte justo ahora —caminé hasta la que sería mi cama y coloqué mi maleta sobre ella para buscar algo ropa para cambiarme.

Media hora después nos encontrábamos en un restaurante tomando café, observábamos la carretera y algunos chicos pasar. —¿Vamos a alguna discoteca? ─preguntó Olivia.

Rodé los ojos —¿Para qué consigas un chico? —crucé mis brazos frente a mi pecho y dirigí mi mirada a ella.

—Oh vaya me conoces muy bien.

—Más de lo que debería —afirmé.

Terminamos nuestro café y emprendimos nuestra caminata por una carretera que nos llevaba a un hermoso parque. Al llegar a esté toamos lugar en unos columpios y nos planteamos en pensar en nuestra ropa de esta noche.

—Me gusta este lugar, es muy bonito, hicimos una buena lista cuando éramos pequeñas para conocer este lugar —soltó Olivia.

Asentí con la cabeza.

—Sí, es hermoso.

Olivia se levantó del columpio y empezó a caminar por un sendero sin apartar la mirada de mí, pero lo que ella no notó es que en ese mismo lugar un chico caminaba y terminó chocando con ella.

—Diablos, lo siento —se disculpó Olivia y volteó al chico.

El chico la observo con una sonrisa y ella volteó a mí.

—No te preocupes, yo estaba entretenido.

El acento del chico era mucho más marcado que el de todas las personas de este lugar. Su cabello era castaño casi oscuro, ojos azules y tenía un buen cuerpo bajo esa ropa.

»Nunca te había visto por aquí ¿Eres nueva? —preguntó el chico.

—Sí, mi amiga y yo decidimos viajar a este lugar —explicó —Llegamos hace una o dos horas.

El chico asintió y dirigió su mirada a mi para mostrarme una sonrisa —¿Les gustan las fiestas? —preguntó el chico.

—Sí, hoy teníamos pensado ir a una disco para celebrar nuestro vuelo y...

El chico llevó su mano a su bolsillo trasero y sacó una tarjeta tendiéndosela a Olivia —Mi hermano mayor es dueño de esta discoteca y hoy habrá una celebración ya que mi otro hermano llega de Italia y tenemos que celebrar —explicó. —pueden venir sólo entreguen esta tarjeta y las dejarán subir al área VIP.

—¡Oh! Claro que iremos, muchas gracias —los ojos de Olivia dieron a los míos y luego nuevamente al chico.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el chico.

—Olivia y ella es mi amiga Dakota —dijo señalando en mi dirección y le regale una sonrisa.

—Mucho gusto a las dos, soy Charles Wembley.

Olivia le tendió la mano y él chico la aceptó, se despidió de ambas y emprendió su camino hasta una camioneta negra.

Ella caminó hasta a mí con una sonrisa y ya sabía lo que estaba por soltar. —Vas a ser la madrina de mi boda con ese chico.

—Por Dios Olivia acabas de conocerlo, además parece un niño, es obvio que es súper menor que nosotras —solté.

—No me importa, es guapo, y se ve que tiene dinero.

Me levanté del columpio y caminé en dirección a la carretera que llevaba al lugar en donde ahora vivíamos.  —Iré al departamento, quiero dormir un rato para así no dormirme en la discoteca —dije en dirección a Olivia.

—Que aburrida eres, yo iré a conocer la ciudad.

Asentí con la cabeza y continué el camino hasta el apartamento.

Al llegar a esté me tumbé sobre la cama y quedé dormida al momento.

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