Improvisa, adaptate y despabila
Improvisa, adaptate y despabila
Por: Carla Mujica
P R Ó L O G O

P R Ó L O G O

—¿Crees en él amor a primera vista?... —la entrevistadora alias Destino me observa con suma atención, (éste interrogatorio se hizo por separado para evitar interferencias de uno en el otro).

—Creo en el amor no correspondido, ese en que tu sólamente te enganchas con la otra persona que está perdidamente enamorada o enamorado de otra que no eres tú.

Amor a primera vista... Bah; quizás: ilusión, admiración, deseo... pero ¿amor?, No. 

No soy tan incrédula, he visto cómo otros se enamoran hasta los tuétanos y lo más satisfactorio es que la otra lo corresponde. Si lo he visto porque yo he quedado en medio y no en medio de los dos, sino, en medio del olvido.  

Marginados sentimentalmente.—aquí un suspiro resignado por ambos protagonista—.

»»No fuí la única. Se que hay otros con el mismo problemilla que el mío. Y cuando pienso que todo sale mejor, sombras de mi pasado aparecen para dañar mi solucionada vida. 

De una ejecutiva exitosa (y hermosa) pasé a ser la observada y ordinaria Nana de un precioso niño que me remueve mi alma al recuerdo y... Ok, el padre también. —aquí una sonrisa seductora del padre del niño, sin olvidar esa ceja un tanto levantada y el guiño del ojo—

Pero soy imperfecta, acomplejada con una enorme cicatriz en mi cara que me denigra. Y sin plata. 

Mi resúmen de hoy: Una cara perfecta te soluciona parte de tu arrastrada vida. ¿Como puedo creer en el amor a primera vista sí cuando me ven lo primero en fijarse sus ojos es en mi cicatriz de ocho puntos que tiene mi rostro? No miran mis ojos, ni mis cejas asimétricas ni mi raro cabello cobrizo... Ok, no tengo que decir más o contaré la historia en tres líneas.

—Yo a cambio, sí creo. Bueno, no tanto, me han destrozado el corazón a gusto y pues de la nada mi princesa aparece con su belleza inmaculada, viva, atrevida, confiada, su cabello recogido mostrando su largo cuello y esa figura —un suspiro carnal— ví sus ojos y ya no era la osada que muestra ser, sino una mujer con miedos, que maquilla sus penas y quise de la nada protegerla y ser su todo, pero desapareció dejándome embobado. Tengo que encontrarla. Dicen qué el que busca encuentra, el problema radicará acá en adelante y ustedes ya sabrán. ¿Me gustará lo que encuentre? Sin filtro. 

—Entendí. No dirán más. ¿Saben lo que tienen que hacer? 

«Sí. Improvisar, adaptarme y despabilarme. —dijeron ambos.

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