Capítulo 5

Al despertar me levanté con un nuevo aliento de vida, hoy como ningún otro me había inspirado tanto que podría conquistar todo este reino, y si, ese día conocería el secreto que habian ocultado 4 o 3 generaciones por el simple hecho de no manchar su nombre, entonces ¿Por qué ahora cuando la vida de la próxima reina estaba en su mayor apogeo? Algo que no entiendo ahora pero entenderé después.

De todas formas, el principal motivo no era las catástrofes que yo podría causar, sino que algunas de las personas poderosas de este reino tomaron está profecía como un método para quitar a una princesa engreída y tonta. Lo comprendo por una parte, solo querían lo mejor para este reino y yo no lo era. Recién en mi contacto directo con la verdadera civilización me di cuenta lo ignorante que era al respecto de la vida real, en mi burbuja de la realeza solo aprendí a sonreír y a hablar con orgullo. Ahora mismo no puedo comprenderme a mi misma por lo que mis pensamientos comenzaron a rondar en las partes negatigas. Como una princesa que lo ha tenido todo he Sido estúpida, orgullosa, engre- 

- ¿Elizabeth? - Salí de mis pensamientos con el llamado de Miriam. - Hay alguien que te busca, se hace llamar Jhonn. 

- Sí! Es un amigo que hice en mi última salida. Gracias por decirme -le regalé una sonrisa y  corrí hacia la puerta. Allí un niño con cabellos rubios, él tenía sus dos manos en los bolsillos y al verme habló emocionado.

- El abuelo quiere hablar contigo, dice que ha encontrado algo muy importante sobre el pergamino. 

Mi boca de abrió ligeramente. 

- ¡Iré a ver mi velo! 

Aunque mis pensamientos estaban rondando en las cosas negativas de mi misma, aún así no dudé ni un segundo en seguir al niño. El me guiaba de una forma valiente y sostenía mi mano fuertemente. Sonreí mientras corría tan rápido como mis pies me permitían. 

Cuando llegué el abuelo Ralf alzó sus ojos del periódico que leía. El estaba sentado en uno de los sillones de su tienda, actualmente estaba cerrada por lo que estaba muy silenciosa. 

- Muy buenas tardes Elizabeth - junto sus manos formando de una forma elegante lo cual provocó una leve punzada en mi estómago.  ¿Qué podría ser tan serio? Debajo de un libro saco un papel y lo leyó sin decir más. - Disculpa haberte llamado de esa forma brusca, pero tengo en mis manos aquello que querías saber y se te fue negado. La profecía así  lo dice: "De los dioses y los Reyes una niña de cabello tan plateado y brillante que hasta en el día y en la noche brillará, sus ojos celestes casi blanco y su piel de porcelana pura; está niña traerá la paz y felicidad al reino del Centrum porque los dioses así lo han preferido". Eso es lo que una parte de la procedía dice y dime tu eres esa chica? ¿te pareces a esa chica? 

- Las características que resive la enviada no son las mías.

- Por su puesto, la imagen de esta persona es muy sobrenatural y majestuosa. No hay pruebas que tu seas esa niña, simplemente tu eres una mujer cualquiera y la otra parte de la profecía dice: "y ella tendrá el poder de la palabra". Haciendo referencia que lo que dice se cumple. 

- ¿Cómo es posible que en tus manos esté tan información? 

- Lo robé - dijo simplemente sin dar rodeos, me miro con una cara de malicia. 

- No pretendo desacreditar sus esfuerzos, pero, ¿Cómo? Es imposible a mis ojos. 

- Esto es algo fácil para este soldado. Así que no te preocupes, esta es información confiable. 


Estaba realmente asombrada, ¿Como un hombre tan anciado podría? Cuando mi mente seguía explicándoselo de alguna manera una voz se escuchó. 

- Esa es una mentira muy grande abuelo. 

Y en ese instante entró alguien más a la escena, un joven con cabellos castaños, con unos ojos verdes oscuros que me dejaron un poco anonada aparecieron. 

- Este es mi fabuloso nieto el que consiguió ese pergamino. 

- No me conocen tus ojos ?- me miró decepcionado.

- Si eres un noble que ha Sido candidato matrimonial, supongo que sí? 

Bufó - Aunque nadie reconoce mi cara, todo este reino me llamo "Raven"

¿Raven? Aquel misterioso ladrón que es muy conocido en la alta aristocracia por ser un misterio absoluto. Se dice que ha robado toda clase de joyas y ninguna caja fuerte o Miles de soldados pueden deternerlo. ¿Por qué ahora se presenta este hombre a mis ojos? 


- Has Sido una de las princesas más derrochadoras de conozco. Estoy muy alegre de todas las joyas que me has regalado. - y por su puesto también uno de los ladrones que me han quitado mis joyas. 

- Creo que ahora te reconozco. - sus ojos misteriosos fulminaron los míos, cuando menos lo esperé ya se había acercado a mi y tomando mi mano, depositó uno de sus besos en mi mano delicadamente sin quitar sus ojos de los míos. 

- ahora que la princesa sabe quién soy no dude de la procedencia de la información. Ahora que usted a Sido liberada de aquellas acusaciones, no dude en reclamar lo que es suyo. 

No sabía que decir ni que hacer, aquella presión que ejercían sus palabras en mi corazón eran muy dolorosas. - Agradezco esto, pero yo no creo que pueda hacer algo al respecto. Me he dado cuenta de lo insignificante que he Sido hasta hoy, con o sin maldición siempre he Sido una vergüenza para mí linaje y para ustedes. 

Los ojos de los dos pasaron de estar alegres a serios de inmediato, quizás nunca pensaron que la valiente princesa dijera esas palabras, pero ya las había dicho. 

- Ya no necesito tu ayuda nieto. Puedes irte por ahora. - Ralf se levantó de su sillón y caminó lentamente hacia mi. 

- ¿Sabes por qué hay algunas personas que creen en ti? 

En realidad no tenía ni idea, ni yo misma creía en mi. Las razones que podría darme seguramente serían por mi linaje "perfecto" o mi gran parecido al rey original, pero eso no quitaba lo inútil que era. El anciano tomó mis dos manos y las miró con una mirada cálida.


- Quizás la mayoría de la gente y me incluía antes lo hacen por tu parecido al rey original, él fue muy querido por todos aquí y su muerte hizo que algo se quebrara. Aunque esa es la principal razón también hay otra, quizás antes eras una persona muy orgullosa - una risilla se escapó de sus labios - pero aún así nos mirabas desde el principio con orgullo, siempre tu mirada demostraba que te importaba este pueblo, quizás para ti es algo sencillo, pero era la misma mirada de tu padre. Sé que tienes más que ofrecer. 


No pude evitarlo, ya habían lágrimas rodando por mis mejillas. 


- Puede que hayas Sido una princesa muy mala, pero también una que aprende muy rápido. Aprendiste a amar y ahora eres más humana que nunca. Ten fe en nosotros como nosotros tenemos fe en ti. Este no es solamente tu carga. Es de todos... 

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