El mundo de Clon

En la infinidad de las posibilidades del mundo de Clon existen y se repiten de manera caótica muchas ideas. A veces considero que no hay salida, es decir, escapar sería la muerte, en todo caso, una lobotomía, si acaso existe ese método en este siglo. Es difícil verificar si la constante realidad es como se ve desde el mundo de Clon. Como la mayoría de las veces me despierto con la vista nublada; es imposible darme cuenta donde me encuentro, es como si viviera un sueño tras otro, y nunca se determina una concreta realidad. Todo es producto de mi visita a este mundo extraño donde las emociones se vuelven sensibles y cuando trato de hablar con otros me tildan de intenso.

            Esta intensidad se asemeja a las personas con emociones exacerbadas, incapaces de ver como los otros los ven, es verdad que me comporto igual cuando entro al mundo de Clon. Pero ahí todo es diferente, los preceptos filosóficos y científicos hasta espiritistas no tienen ningún sentido. Todo se combina para formar un tornado de ideas que me provoca mareos y aquellas iluminaciones me llevan a verdades que parecen locuras para otros. Me cuesta identificar si esos pensamientos son producto de todo lo que he leído o son como dije, una iluminación, pero en el mundo de Clon todo es posible.

            Cuando logro despertar, si acaso, a eso se le puede decir de esa manera, porque no sé en qué lugar despierto, tengo la necesidad de expresar con palabras lo que pienso del mundo de Clon. No hay pilares ni edificios, solo un espacio en blanco y unos coloquios simulados para entablar conversaciones en caso de que me pregunten acerca de mí. Porque no sé qué decir de lo que pienso o las manifestaciones de variadas emociones; no lo puedo controlar, por eso desde todas las perspectivas de las disciplinas humanas trato de comprender lo que me sucede en estos coloquios. A veces también son monólogos, y esos son los más intensos, porque en los coloquios me preparo para responder ante cualquier cuestionamiento, en el caso de lo otro, es como una improvisación de jazz.

            Digo disparates sobre mi estado anímico y, todas las lecturas saltan a mis ojos para formular en un lenguaje diferente al que conozco. Invento palabras y hasta tengo un diccionario en el mundo de Clon donde he anotado términos y categorías para explicar mis sensaciones. Cuando trato de hacerlo en la supuesta realidad, tal como lo dicen lo dicen los empiristas, la realidad palpable y visible, evito enfrentarme al espejo, porque no puedo determinar en mi lenguaje nativo aquellas apariciones y sensaciones que me invaden en el mundo de Clon. Prefiero acostarme, tomar una ducha, y volver a dormir para estar otra vez en ese mundo donde nadie me tilda de intenso.

            He llegado a la conclusión y, temo decirlo, pero cuando muera no sé en qué mundo voy a morir primero, tal vez muera en el mundo de Clon, o en el mundo de los empiristas. En todo caso tengo la oportunidad de sobrevivir mientras pueda del otro lado, ahí me siento seguro, puedo controlar aunque sea con terminologías divagantes ese sueño perpetuo. Puedo ser todo lo intenso que quiera, por eso he decidido, si he de morir, que sea dormido en el mundo palpable, es decir, en el mundo donde no sé si es real o pura fantasía.

            Es posible que en el mundo de Clon todo sea un invento de mi incapacidad para reconciliarme con la realidad donde todos viven sus vidas normales; esa vida de estudio, trabajo y familia, lo cotidiano que alguna vez conocí o que he leído en alguna parte, de todas formas no pienso invertir mi tiempo en un mundo donde no comprenden mi lenguaje porque el de los demás es limitado e incapaz de argumentar todo lo contrario a mis ideas.

            Mi madre me despierta tocando a la puerta, y como dije, despertar es un conflicto de espacio y tiempo, porque no sé en qué mundo estoy despierto o dormido, en cuanto a mi familia, he escuchado sus lamentos, dicen que estoy condenado. Pero veo que ellos están más condenados que mi propia existencia; viven en la realidad que para mí es alterna, como dije, puede ser una apariencia, y una posibilidad.

            La posibilidad es que haya nacido en un continente, en especial en un país centroamericano y, más cercano, a una familia cristiana, pero eso lo he debatido en el mundo de Clon, ahí no tengo familia, nací de la nada, y este mundo también se creó de la nada.

            De ser así, viviría un solipsismo, aunque mi mundo, me refiero a Clon, no es palpable, solo visible ante mí, es posible también, como dije, posibilidad de posibilidades, que exista o no exista, nadie lo sabe, pero soy testimonio de su existencia, no cabe duda. Sigo la receta del doctor desde hace más de diez años, me advirtió de impedir mi capacidad creativa, pero más bien se aumentó, porque como dije, tengo un diccionario de palabras que conjeturan un lenguaje infinito.

             No se trata de un invento nórdico, la sintaxis es en lengua romance, puede que algún día lo traduzca a este mundo palpable y lo lleve a una academia donde los filólogos entiendan mis pensamientos elaborados a partir de todas las disciplinas humanas, desde las artes hasta las ciencias y la filosofía. En todo caso que transcriba esas palabras, me tomaría años, porque tal como señalé, llevo toda mi vida escribiendo ese diccionario, nunca lo he intentado, mientras escribo, trato de evocar con palabras sencillas lo que sucede en Clon.

             Además, todavía me cuesta dilucidar quiénes duermen o quiénes están despiertos, tal vez soy yo el que duerme, y los otros son los que se mantienen alerta ante la realidad. De ser así, la receta del doctor me enfermó a tal grado de no creer nada de lo que sucede en el mundo de los que están supuestamente despiertos. Si soñara, estaría equivocado, si estuviera despierto, también. Debe haber otra posibilidad, algo que combine ambos sueños, vivirlo sería una locura. Como dije, mi trabajo monumental sería transcribir a la realidad ese diccionario infinito.

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