6. CONTINÚA LA PESADILLA

Austin

12 de mayo 2017

3:00 am

No he logrado dormir, he intentado una y otra vez reformular en mi mente pensamientos positivos como mamá lo hacía, pero no... Nada bueno aparecía, cerraba mis ojos en un intento por calmar el ardor en ellos pero no lograba más qué ver la imagen de mi madre muerta. Estoy cansado, harto de todo, me encontraba en un lugar llamado "child protection center", me habían dado una charla al llegar, pero honestamente no escuché nada más que un discurso qué no me interesaba, recordaba fragmentos de esa conversación en la que sólo me limitaba a asentir, como sí no fuera capaz de expresar nada más. Al llegar una mujer de tez morena, cabello atado  y falda de tubo se acercó a mí con una gran sonrisa.

— Austin Smith — me tendió su mano pero no la recibí, no tenía fuerzas para nada. Ella aun así continuó — mi nombre es Kaila Morgan y soy una trabajadora social, me centró en los chicos sin hogar y sin familia, ofreciéndoles una oportunidad a futuro, sé qué ahora mismo no estás en condiciones para escuchar las pautas de este lugar, sólo quería acercarme y darte la bienvenida. Esperó qué puedas sentirte cómodo aquí, conocerás a muchos chicos de tu edad con la misma condición, nuestra intención es ayudarte. Te asignarán una de las habitaciones disponibles, puedes ir a descansar y mañana hablaremos mejor ¿te parece? — asentí un par de veces y fui hacia la habitación asignada.

Estuve toda la noche en esa cama, en ocasiones lloraba, en otras maldecía para mis adentros mientras golpeaba lo que veía, no tenía control de mis emociones en ése momento, no podía dormir. Las horas pasaban y yo sólo seguía ahí, como si para mí el tiempo se hubiera detenido, pero seguía avanzando, lo noté aún más cuándo sentí una pequeña luz que se colaba por la ventanilla qué estaba cerca de mí cama, me daba justo en el rostro, suspire con tedio y me levanté, definitivamente estaba amaneciendo y yo sentía que no podía soportar un día más de está m****a.

Estaba frotando mis ojos, intentando calmar el ardor qué había en ellos, todo mi cuerpo se sentía pesado, estaba cansado, mi humor era una m****a, en éste momento sólo era una combinación horrible de caos y emociones, no había sentido un dolor así antes, es como si parte de lo que un día fui ya no existía, como si mi alma estuviera vacía y yo sólo iba por ahí, por mera inercia.

Obligándome a reprimir el dolor, recordé las palabras de mamá... "vivir con dolor y miedo es parte de la vida, Audi" pero no era capaz de afrontar esa realidad. Escuche toques a la puerta, una voz seguida de ellos decía

— Austin, soy Kaila ¿puedo entrar?

No quería hablar con nadie, no quería ver a nadie, yo quería estar sólo. Seguía sin poder formular una palabra... la mujer se percató de mí silencio y entró de golpe, al verme suspiró de ¿alivió? Eso me pareció, pero justo ahora no tenía las ganas de ser un idiota, así qué le permití la entrada, se acercó a mí con cautela, comenzó a explicarme cosas de éste lugar con un entusiasmo exasperante, haciéndome entender que no estoy en un puto albergue o un maldito orfanato.

— Tenemos una extensa biblioteca, una zona de deportes, un pequeño gimnasio, cafetería y un salón de música, tengo entendido que eres muy bueno con el saxofón, podrías seguir esa pasión aquí — hizo una pequeña pausa, dejó su sonrisa de satisfacción atrás, remplazándola con una mueca de tristeza Austin, yo en serio siento lo qué te pasó, esperó que puedas sentir esté lugar cómo un hogar, aquí todos somos una gran familia dispuestos a apoyar tus sueños, cuidar de ti y protegerte de tus miedos. No estás sólo.

Puso su mano en mi hombro pero no lograba sentir nada...

— No quiero nada de esto.

En otras ocasiones me sentiría agradecido por la ayuda, pero esta no es una de esas ocasiones, sentía que me estaban dañando, no quería estar aquí, no quería su ayuda, no quería su lástima, no quería vivir, estaba perdido... me sentía en un abismo, dicen qué cuándo estás cuesta abajo intentas frenar, pero yo sólo deseaba acelerar y colisionar con lo que sea qué fuese a acabar con mi vida ¿no has sentido alguna vez ese sentimiento de nada? Suena extrañó pero existe, en ese punto en dónde no eres capaz de diferenciar si estás bien o mal. Sólo existes, es todo lo que hay, respirar un aire que asfixia a cada segundo. La mujer morena se percató de lo perdido qué estaba así qué me llevo a la realidad chasqueando sus delgados dedos cerca de mi rostro.

Bajó su mirada e ignorando mi respuesta se dirigió a mí nuevamente esbozando una gran sonrisa, que me pareció actuada.

— Austin ¿quieres conocer a los chicos del piso? Creó qué te hará bien hablar con ellos.

¿Es tan difícil entender que quiero estar sólo?

— Quiero estar sólo.

Ella bajó su mirada y asintió saliendo de la pequeña habitación dejándome sólo.

Un par de horas después...

Volví a escuchar golpes en mi puerta, me levante con bastante dificultad, estaba molesto, quería estar sólo pero no dejaban de molestarme, iba a golpear la cara de quién estuviera detrás de esa puerta, la abrí y la persona frente a ella me sorprendió. Era la misma chica...

— Maldición, esto debe ser una maldita broma. ¿Qué rayos haces aquí? ¿Vienes a llevarme a un psiquiátrico está vez? ¿O vas a impedirme dormir? Se te da muy bien eso de molestarme — Ella no se inmutó, ni siquiera se sorprendió con el tono de mi voz qué era bastante agrio e insultante.

— Vengo por ti, iremos al funeral de Caroline. — Abrí mis ojos de forma exagerada, m****a... había olvidado algo tan importante, apenas note el vestido negro que llevaba, seguía teniendo esos pequeños golpes enmarcados en su cara. Apenado pero sin dejar de lado el odio que tenía por esta chica pregunté.

— ¿Quién lo organizó Barbie? — había descubierto que esa palabra le molestaba, así qué iba a usarla siempre qué quisiera.

— Mi nombre es Maddison, no "Barbie" y lo he organizado yo, sabía qué no estabas en condiciones para hacerlo así qué me di a la tarea de darle santa sepultura a Caroline

— ¿puedo preguntarte algo Barbie? — ella enrojeció de rabia al instante y con todo el sarcasmo y odio capaz de usar me deletreo su nombre.

— M A D D I S O N, me llamó Maddison.

No era muy bueno recordando nombres, cuándo no me importaban sencillamente los pasaba, era mejor con los apodos.

— Cómo sea Barbie — eso la molestó aún más así qué seguí — ¿por qué demonios te interesas tanto en nosotros? ¿En mí? Será qué... — me acerqué a ella en un intento de fastidiarla, pero no se movió así qué acerqué mi boca a su oído y dije — ¿te gusto? — ella se apartó con una mueca de miedo y dijo.

— La historia de por qué estoy aquí justo ahora te la contaré luego, así qué vístete y vámonos. - ya... bromear me había hecho olvidar un poco lo que pasaba, intentaba ignorar el dolor pero no podía, así qué asentí y me dispuse a buscar algo para usar, el doctor Drew se aseguró de traer mis cosas hasta este lugar está misma tardé, así que use uno de los trajes negros que mamá amaba verme usar y salí de la habitación.

El viaje en coche se me hizo eterno, vi por pequeños momentos los gestos que la Barbie tenía, como tocar su vestido de forma despreocupada, mover su cabello a un lado cada 10 segundos, mojarse los labios y tocar su cadena. Me dispuse a verla para distraer mis pensamientos depresivos, no quería sentirme así... ella sintió mi mirada y se dirigió en mi dirección, no sé qué rayos tiene su mirada pero me deja helado, así qué mire hacía el frente y seguí. No podía verla pero escuché su voz.

— Austin ¿estás bien?

Pregunta de m****a. ¿Cómo rayos voy a estar bien? Así que escupí las palabras más odiosas que fui capaz de formular.

— ¿qué m****a piensas al preguntar semejante estupidez? — no respondió así qué seguí conduciendo, el lugar al que íbamos estaba a una hora en coche, así que me vi obligado a soportar a esta chica todo ese tiempo.

— ¿Qué tal es el lugar en dónde estás?

Maldición ¿es que esta chica no se cansa?

— Una m****a.

Siguió.

— Pues; me alegra qué sea una m****a qué te mantenga a salvó.

¿Eh?

— Deja de decir estupideces y cállate, me asfixias.

Quería qué se callara, mi cabeza iba a estallar del fuerte dolor qué sentía y ella seguía ahí, mirándome cómo si intentará encontrar algo en mi cara, eso me estresaba.

— ¿Puedes parar de mirarme?

No se inmutó, ni siquiera se movió.

— Tú lo hacías hace unos minutos ¿qué diferencia hay en qué lo haga yo?

M****a; iba a matarla. Así qué detuve el coche de golpe.

— Austin, aún no hemos llegado ¿por qué te detienes?

¿En serio lo pregunta?

— Por qué me tienes hartó, tu presencia me molesta, tu voz me molesta, tu aroma me molesta, toda tú me fastidia a niveles inimaginables, así que necesito qué te calles la puta boca y me dejes en paz de lo contrario te dejaré varada en esté lugar ¿se entendió? - Asombrada cerró su boca completamente y asintió.

En serio estaba hartó, iba a enloquecer si seguía soportándola, necesitaba quitarme ese peso innecesario de mis hombros, no estoy de humor para una niñera. Y como si fuera capaz de leer mis pensamientos, en un susurró qué me costó oír dijo

— No te dejaré sólo.

¿Qué?

— ¿qué rayos pasa contigo?

Se quitó su cinturón de seguridad y me miró; pude ver fuego en sus ojos, apretaba sus labios en una fina línea y comenzó a hablar o a gritar para ser más exactos.

— Tú escúchame bien pedazo de idiota, hagas lo que hagas no vas a quitarme de tu caminó, estoy aquí para ayudarte y no voy a dejarte sólo. Así qué o vives con ése  tedio qué supones qué soy o maduras de una puta vez. — Regresó a su asiento, puso su cinturón nuevamente y su vista al frente y con autoridad siguió — arranca.

Estaba petrificado, estaba en serio asombrado, no paraba de mirarla con mis ojos muy abiertos. La Barbie tiene carácter. Lo peor del caso es que siento qué debo soportarla más de lo que me gustaría.

Así qué arranqué, minutos después llegamos al lugar en dónde sería sepultada mamá, vi al doctor Drew, a unas cuantas enfermeras y unas personas qué nunca conocí, malditos falsos e hipócritas.  No fueron capaces de ayudar a mi madre y ahora están aquí lamentando su muerte? Qué se jodan. Me dirigí a un grupo de extraños qué estaban cerca de la tumba de mi madre, tenía la rabia a flor de piel, necesitaba qué se fueran.

— LARGÓ.

Todos me miraron asombrados e intentaron acercarse a mí

— FUERA DE AQUÍ ¿qué no escuchan? LARGÓ. — el doctor Drew vio la escena y se acercó de inmediato, de nada serviría, la única persona capaz de controlarme era mamá y sí... ya no estaba. El doctor Drew tocó mi hombro y me hablo.

— Austin, no hagas una escena en esté lugar, respeta la memoria de tu madre, estas personas vinieron con la intención de apoyarte — A la m****a la moralidad.

- ¿apoyarme? ¿Para qué? FUERA. No los quiero aquí y no me importa lo que me digas Kalum, si no se van por su cuenta, los sacaré yo mismo. — las mujeres de grandes gorros negros se escandalizaron, pero no querían verme más enfadado así que se levantaron y se fueron.

Así quedamos sólo los doctores, las enfermeras y Maddison ¿acabó de decir su nombre? Qué m****a.

El funeral fue duro pero no lloraría, dejaría qué mamá se fuera en paz y así fue... el doctor Drew me llevo de regresó al lugar de m****a en dónde debía estar, luche para no ir pero no tenía fuerzas, el dolor estaba tomando el lugar en todo mi cuerpo. Así me vi nuevamente en esta deprimente habitación día tras día, tratando de sobrellevar el dolor.

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