CAPITULO 2

El amor fluye y nos deja ser nosotros mismos...

¿QUE ES EL AMOR?

"Lo primordial y más importante para amar es amarnos a nosotros mismos, si no nos amamos, con nuestros defectos, nuestros errores, no podemos amar los defectos y errores de otra persona. No podemos ponerle límite a nuestra autoestima, es decir, un día querernos y al otro día no, también considero que la base de nuestra existencia es el amor, ya que el amor es Dios, todo amor nace desde el amor de Dios, fue quien nos dio un propósito, el de amar, a nuestro prójimo y a nosotros mismos. Podemos amar a quien no conocemos, así como nosotros amamos a Dios, un amor tan fuerte como el de una madre a su hijo, cuyo ser que lleva en su vientre, no lo ha visto ni tocado directamente, pero lo siente como si fueran uno mismo. Amar es sentir a la otra persona y que está te pueda sentir, es esencial mostrar respeto, conexión, libertad, apoyó, el amor es primordial para enfrentar cada problema, no importa que tan duro sea, ningún obstáculo es tan grande cuando tú voluntad y amor por vencer es mayor, el amor fluye y nos deja ser nosotros mismos, alegres, seguros..."

Así fue mi texto para la clase de Literatura, era una materia ajena a la carrera, pero que teníamos que cursar. El día de hoy nos tocó hablar acerca de nuestro concepto del amor, no escribí mucho por falta de concentración, sin saber cuál era el motivo. Involuntariamente empecé a examinar a mis compañeros tratando de averiguar quién podría ser aquel quien me escribía, pero ninguno se veía sospechoso, tal vez no sea un estudiante, pero ¿Cómo explicaría el que pueda entrar y dejarme aquel objeto junto a mi pupitre? tal vez sea un profesor, he escuchado muchos rumores de docentes que acosan a las universitarias; Aunque si era una persona ajena a la universidad podría perfectamente contratar a un mensajero o pagarle a un estudiante para que lo dejara ahí, de hecho fue algo insignificante, solo una caja llena de golosinas, no quería probarlas, estaba segura que traían veneno y su intención era matarme; no iba a permitir arriesgarme de esa forma así que lo arrojé a la b****a.

Seguí meditando, solo esperaba que la clase terminara, seguiría mi pequeña investigación sobre aquel sujeto misterioso, no sabía por dónde comenzar, así que seguí con mi plan, observar a mis compañeros, observar todos sus movimientos, tal vez uno voltee a verme sospechosamente. Aunque no pude seguir investigando, todos se pusieron de pie dispuestos a salir del aula, la clase había terminado junto con una tarea que no escuché, me distraje de la clase y no presté atención a lo que realmente importaba en este momento, ¿A quién podré pedirle los apuntes de la clase? vi a un chico que aún no salía, se encontraba al lado mío organizando su mochila, recuerdo su nombre es Auguste. un chico rico con mucho estilo para vestir, siempre usaba ropa elegante y se veía muy costosa, pasaba desapercibido muchas veces, es tímido y poco participativo.

Solo compartimos esta clase y nunca habíamos cruzado palabras antes, no que yo recuerde, tampoco quería hacerlo, pero necesitaba averiguar la tarea que habían dejado, así que me veía en la necesidad de preguntar, él respondió con un serio y seco 'Si' y me explicó.

— Para final de mes, tendremos que realizar un video, el tema es libre, el único requisito es que dure mínimo 4 minutos — Su voz la escuchaba un poco suave y dulce — podemos trabajar en grupo o en pareja y, además, el profesor nos hará un pequeño examen de lo que hemos visto hasta ahora, la próxima clase.

Este día no podía empezar peor, no había prestado atención a esta clase y supongo que es importante, tendría que ponerme al día y preguntar lo que habíamos visto hoy si quería aprobar aquel examen, no podía bajar mi rendimiento, pero le preguntaría a alguien diferente, no quería molestar más a Auguste.

— Si necesitas apuntes de la clase de hoy, aquí tienes — Me pasó su libreta sin que yo pudiera decir algo, prácticamente me leyó la mente.

— Siento mucho molestar — dije avergonzada.

— No hay problema, yo también me distraigo a veces en esta clase, siento que solo es materia de relleno — en cierto modo tenía razón, la clase de literatura en esta carrera no tenía mucho que ver, sin embargo, teníamos que verla sin excepción. Me agradó aquel chico, ¿Cómo no le hable antes? tomé algunas fotografías a todos sus apuntes, me marché después de él.

La próxima clase era Bioquímica a las 4 de la tarde, tenía un poco más de 2 horas sin hacer nada, Charlotte salía hasta las 3 de la tarde de su clase, tenía que presentar algunos trabajos y un nuevo proyecto que estuvo trabajando durante varios días así que no la esperé, por suerte vine preparada para entrar a la piscina de la universidad, quería relajarme un poco y gastar mi tiempo allí, necesitaba pensar en otra cosa. Al llegar allí estaba casi vacía, hoy no entrenaban los del equipo de natación, me cambié en los vestidores, dejé las cosas en un locker. La natación me gustaba mucho, a pesar de que nunca fui aceptada en el equipo, a veces venía, disfrutaba un poco del agua y eso hacía que calmara un poco mi estrés y si había menos personas era mucho mejor.

Luego de una hora de estar nadando, sentí que era suficiente, salí del agua y me dirigí nuevamente a los vestidores, estaban vacíos, no había ni una persona; me bañe, lave bien mi cabello, salí de las duchas envuelta en una toalla hacia mi locker, en ese instante sentí una extraña presencia de alguien y escuché una risa un poco extraña, noté algo inquietante; habían forzado la cerradura de mi locker, vi que estaba abierta mi maleta, busqué si habían robado algo.

Mi ropa interior no estaba.

Ninguna de las cuatro piezas, ni la que traía puesta esta mañana, ni la limpia que había traído para usar después de bañarme.

Esta bromita no me estaba gustando en lo absoluto.

— ¿¡Que quieren!? ¿¡Que les hice yo!? ¿Quieren dinero? Si no me dan de inmediato lo que me pertenece buscaré quién lo hizo y los acusaré — grité dirigiéndome quizás a nadie, revisé de nuevo mi bolso para buscar mi teléfono, a lo mejor también lo habían robado, pero si se encontraba, además de eso vi que tenía una nota encima.

"¿Perfumas tu ropa con suavizante olor a canela, o ese es tú aroma natural?"

No puede ser...

Estaba viviendo una pesadilla, ¿Cómo era posible? este tipo está obsesionado, un completo demente y ni siquiera sabía quién era, ya había cruzado límites y no iba a permitir que me hiciera esto, no soy su juguete, ahora estaba segura que era alguien de la universidad, me seguía a todas partes, no dejaba que tuviera paz.

Empecé a llorar, estaba muy asustada, quería gritar, pero no podía, sentía un golpe en mí como si chocara contra el pavimento. Daría lo que fuera por saber quién era, iba a denunciarlo, no quería ser su víctima, tomé de nuevo mi teléfono, necesitaba llamar a Charlotte, ella sería quién me salvaría de este monstruo, pero no contestó, intenté varias veces fracasando en todas, comprendí que aún estaba en clase, supongo que al ver tantas llamadas creería que es algo urgente, leí un mensaje que llegó, pensé que sería de ella, pero me equivoqué.

"Mircella, ¿Esas son lágrimas o te cae agua del cabello en tu cara? Porque no quiero verte llorar, eres hermosa y no debes llorar".

Giro rápidamente hacia todas las direcciones, no veo nada, el frío que tenía y el miedo no permitían abrir mi boca y pronunciar palabra alguna, me temblaban las piernas, no podía moverme, a pesar de ello, tuve una idea, intenté marcar a ese número, inmediatamente escuché el teléfono de alguien al fondo de los vestidores, era muy tonto que siguiera ahí, miré fijamente tratando de ver algo y lo único que pude distinguir fue una persona ¿Sería él? ¿Por qué seguía ahí? ¿Cuál sería su próximo ataque? Esto lo pensaría después, primero intentaría averiguar quién es, pero mi visión era borrosa, alcancé a ver un poco de él, era un hombre, observé poco su ropa, aunque su rostro iba cubierto bajo una gorra, por otro lado, la ventaja que tuve fueron aquellos pantalones negros cortos que me facilitó el distinguir que en su pierna izquierda tenía un tatuaje de un toro, o tal vez un venado. A pesar de la situación pude lograr ver algo en él.

Una pequeña pista que será de gran ayuda.

Me levanté con toda la energía que tenía aproximándome hacia su dirección, la otra persona actuó rápido y huyó del lugar, intenté ir tras él, sin embargo, el suelo estaba muy resbaloso, casi ocasiona una caída. No insistí en ir detrás él en vano, regresé y tomé mis cosas, me vestí con el vestido de baño aún húmedo para reemplazar la ropa interior, terminé de cambiarme, se sentía incómodo, pero era la menor de mis preocupaciones, anhelaba desaparecer donde no me encuentren. En ese instante recibí otro mensaje, no quería verlo, pero la curiosidad era mayor que mi voluntad.

"Mi pequeña canelita, será un honor tener este recuerdo tuyo, permíteme conservarlo"

Que imbécil, no creerás que lo tendrás fácil, no seré tú víctima.

Borré aquel mensaje y lo bloquee, a la mañana siguiente conseguiría un número nuevo y todo estará bien, al menos una parte, tenía que hacer algo más, denunciarlo.

Aunque no tenía idea de quién era, lo averiguaré, tal vez no hoy, pero no será demasiado tarde cuando lo atrape.

Salí directo a la estación de policía más cercana, no importaban mis condiciones, fui a detener esto, quería que me ayudaran, no obstante, al llegar allí, sentí todas las miradas de los hombres en mí, llevaba la ropa húmeda sin sujetador, se marcaban bien mis senos, mi cabello húmedo se veía más largo, según como expresaban sus miradas, me veía "provocativa" caí en la boca del lobo, a mi suerte me atendió una mujer, fue amable, me brindó ropa seca y lo más importante, apoyo, aun así no me dio esperanzas, no tenía las suficientes características de él, no se podía hacer mucho.

Llegué a casa deprimida, con frustración y desesperanza. Preparé un poco de té para relajarme, tomar una ducha y descansar seria lo mejor, me aseguré de cerrar las ventanas y bajar las cortinas, estaba un poco más relajada, sin embargo, toda esa paz desapareció cuando vi desde la ventana aquella silueta frente a mi casa, muy sospechosa, un hombre sentado con la vista fija al suelo, noté algo particular en él, un tatuaje en su pierna izquierda, ahora podía ver que era un toro, aquella característica que ya conocía de él. Me fijé que no notara que lo estaba viendo, se encontraba cabizbajo mirando su celular a pesar de que eran tres pisos de distancia, logré verlo como si estuviera cerca de él.

Sabe todo de mí, donde vivo, donde estudio, me siguió hasta acá, pero ahora no estoy asustada, yo también sé algo de él, que no ganará.

Estaba dispuesta a actuar, lo que no hice antes, lo haría ahora.

Era mi oportunidad, no la iba a desperdiciar, debía ver quién era, quería saber quién se ocultaba tras una pantalla, necesitaba hacerle muchas preguntas; a menos que me secuestre y el que haga las preguntas sea él.

Salí corriendo lo más rápido que pude, di un vistazo por la puerta sin que notara mi presencia, efectivamente seguía allí, ¿Acaso hace esto siempre? Estar fuera de mi casa, esperando a que saliera para seguirme ¿Cómo fue que no lo noté antes? No podía ver muy bien su rostro, aun así, producía un aura muy extraña, como si ya lo hubiera visto antes, solo que no lo recordaba.

Me acerque haciendo el menor ruido posible y era increíble que no se haya inmutado. Estaba a pocos metros de él, sentía mi sangre helarse y el corazón palpitaba rápidamente, de mi boca solo salió un Oye algo rudo y vi cómo se tensó, se levantó y salió caminando a paso rápido sin mirarme. Dude en ir tras él.

Buscaba escapar y evitaría que eso sucediera. Ya llevaba media cuadra de distancia y corrí para poder alcanzarlo, toqué su hombro, se detuvo, podía ver cómo tenía su cabello mojado debajo de la gorra, sentí un olor extravagante a cigarros y alcohol, agachó la mirada y no volteo a verme, estaba temblando.

¡Lo había atrapado!

— ¿Quién eres? — La pregunta siguiente haría que estallara de vergüenza — ¿Fuiste tú el que tomó mi ropa interior? ¿Aquel de los mensajes, las cartas y todo lo demás? ¿Quién te da el derecho de hacer lo que haces? — se preparaba para correr, lo noté, pero se lo impedí posicionándome enfrente suyo, llevaba lentes oscuros y un cubre bocas, su cabello le cubría la frente, y se veía de un color cobrizo apagado. Si lo había visto antes no podía reconocerlo en ese estado. Que astuto.

— ¡Responde! — le grité con impaciencia, no tengo todo el tiempo del mundo para estas cosas.

No quería expresar palabra alguna, su única acción fue tomarme de los hombros y apartarme de su camino, empezó a correr sin mirar atrás, quise alcanzarlo, iba a lograrlo

Faltaba poco, al dar vuelta a la esquina noté unas luces encima de mí, ¡Era un auto! cerré los ojos a espera de mi final, escuché el pitido, ningún golpe fuerte, solo la sensación de vacío y un calambre en el hombro izquierdo, me atreví a abrir los ojos, estaba tumbada en la acera y el chico estaba casi encima mío, ¿Acaso había salvado mi vida?

— ¡Tengan más cuidado la próxima vez pedazo de imbéciles! — gritó el sujeto del automóvil mientras se alejaba.

Vaya, que sensible.

— El chico misterioso, acosador, el de muchos apodos se levantó y me ayudó a ponerme de pie, no pude decir nada ni actuar de la forma que quería porque en seguida salió corriendo, sin darme una oportunidad de pensar que había pasado hoy.

¿Lo peor? no pude ir detrás suyo, un dolor profundo recorría mis piernas, casi me atropella un auto, tendría una lesión en mi hombro y todo por obtener un poco de información, me fije en su calzado, su complexión física y el color de su cabello.

Entré de nuevo a la casa, en unas horas regresó Charlotte. No pretendí comentarle nada de lo ocurrido este día, no sentí que para ella sería importante, había muchas cosas que la preocupaban y estresaban día a día que una situación como esta empeoraría su estabilidad.

— Ven acá, Mircella, tengo que hablar contigo—Exclamó desde la sala.

— ¿Qué pasa? — pregunté misteriosa al llegar allí.

— ¿Recuerdas que te comenté acerca del concierto que quería ir? — estuve unos segundos recordando de que concierto me hablaba.

— Claro que sí.

— Pude conseguir tres entradas, para ti, para tu hermano y por supuesto para mí—Dijo entusiasmada mientras dejaba ver los tres paquetes.

El concierto al que iríamos sería de un pequeño grupo británico de pop-rock, se llama Julienne, no hace mucho lo empecé a escuchar por recomendación de mi hermano y de Charlotte, la verdad me ha fascinado. Harán una presentación pequeña, algo tranquilo, me distraeré un rato y seguiré mi vida como si nada.

11 de la noche

Finalmente logré pensar en otra cosa que no sea todo aquello que sucedió el día de hoy, hasta lograr que el sueño me dominara. En mi cuarto todo se sentía extraño, temía dormir sola, no me sentía segura en mi propia casa. Me recosté en mi cama y revisé mi teléfono, había nuevos mensajes en el buzón de entrada.

"Por salvarte la vida me debes algo, pequeña"

"¿Qué es lo que quieres?" — Le contesté, algo que no debí hacer.

"A ti"

Ignoré aquello último, mañana mismo cambiaría mi número, y pretenderé que nada de esto pasó, sólo quería llevar una vida normal, solo que ese hombre me lo impide y aunque falle mil veces, seguirá con la denuncia mil y una veces.

¿Por qué nosotras tenemos que pasar por esto?

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