Capítulo 1.

¡SE BUSCA NIÑERA SIN NINGUN REQUISITO!

Sofía al ver esta publicación en las redes sociales se emocionó tanto que hizo un extraño sonido provocando que todos sus compañeros de trabajo la miraran extrañados. Ya que ella nunca se había comportado de esa manera, siempre fue muy formal y reservada.

Al llegar a casa soltó todo lo que tenía en sus manos y salió corriendo a la cocina de dónde provenía un delicioso olor; ella sabía quién era la responsable de que su casa tuviera tan agradable aroma, cuando entró, vio a su amiga de espaldas que aún no se había percatado de su presencia. Ámber al darse la vuelta se sorprendió, aún no la esperaba. Estaba tan inmersa en sus pensamientos que no se acordaba de la hora de llegada de Sofía a la casa. 

-¿Qué te pasa Ámber? Estás muy distraída, llevo un rato aquí parada viéndote cocinar.-le dijo Sofía.

-Sí, estoy mal amiga, esto de estar sin trabajo me está desesperando. Para completar, hoy me llamó mi madre y me dijo que a mi hermana Ashley le comenzarán a dar quimioterapia, pero que ellos ya no tienen la fuerza económica para continuar con el tratamiento, -le respondió Ámber sollozando -¿sabes lo que significa eso? Que ahora cuentan conmigo para que los ayude y desde que llegué aquí, no he podido hacer nada.

Si no fuera por ti ya estaría en la calle de indigente. -Ámber estaba depresiva, no pudo evitar llorar.

-Amiga estoy aquí, sabes que eres como mi hermana y nunca te abandonaré. Mucho menos te echaré a la calle, así qué no vuelvas a decir eso. -le reclamó  Sofía mientras limpiaba las lágrimas del rostro de su amiga.

-Gracias Sofía, pero llevo dos meses sin encontrar trabajo y a todas las entrevistas que he ido me rechazan por no hablar el idioma del país. Yo creo que sería mejor regresarme a Puerto Rico como me propuso Christian. Allá puedo conseguir un trabajo como cajera, sabes que esa siempre ha sido mi área y en dos o tres años nos casaríamos. -le respondió Ámber sentándose en el sofá quedando muy cerca de Sofía.

-No creo que sea la mejor solución amiga, deberías intentarlo un poco más.

Mira, mañana tendrás una entrevista. Hoy vi un anuncio en las redes sociales y envié tu información para que mañana lo hagan. No tienes que estar nerviosa, no piden requisitos ni exigen experiencia; quizás esta sea tu oportunidad. Entiendo que amas mucho a Christian, pero en ocasiones, él es muy pesimista y creo que no logras salir a delante por él. Eres demasiado inteligente, pero te falta tener un poquito más de fe en ti misma. -le dijo Sofía dándole ánimos.

-Sofía, lo amo mucho, pero eso no quiere decir que no esté de acuerdo contigo. En ocasiones creo que él no quiere que yo avance, pero mañana iré a la entrevista y ojalá me vaya bien, tú solo pásame la dirección y la hora. -le dijo Ámber emocionada.

Mientras cenaban Sofía aprovechó para explicarle todo sobre la entrevista a Ámber.

La cena pasó como de costumbre, hablando de cosas triviales.

Al día siguiente, Ámber llegó al lugar donde la iban a entrevistar. Era una casa grande y bonita, tanto que Ámber no podía cerrar la boca del asombro. 

Narra Ámber.

Es una casa tan hermosa que parece de película, el jardín es tan hermoso qué también parece sacado de un cuento de hadas.

 ¡Vaya, sí que los millonarios tienen que ser las personas más felices del universo! Lo tienen todo, sin problemas ni preocupaciones. 

-Cof, Cof-

Me di la vuelta al escuchar a alguien toser detrás de mí, al girarme me encontré con un hombre mayor que aparenta tener como de unos 50 años y parece un empleado por su forma de vestir. Le sonreí y levanté una de mis manos como señal de saludo; en realidad me sentía nerviosa y cuando estoy así, suelo ser un poco torpe.

Miré al hombre, que a pesar de saludarlo, continuó con cara de cobrador enojado.

-Скучаю, тычто-топропустил. -me dijo con cara dura hablando en su idioma.

Vaya, ahora es que comienza mi verdadero problema. Todo estaba bien hasta que comenzó hablarme en ruso y no me queda más opciones qué decirle lo poco que sé. 

-Приветдобрыйдень. -no le di tiempo a que me respondiera, porque de todas maneras no lo voy a comprender.

-можетеговоритьпо-испански, я плоховладеюрусскимязыком. -le dije lo poquito que he aprendido en el curso qué estoy haciendo.

-Señorita, ¿se le ha perdido algo? -me preguntó el hombre de expresión dura. 

-Yo... yo solo vengo a la entrevista de niñera. -le dije tartamudeando un poco y es que este señor intimida a cualquiera con ese rostro tan poco expresivo.

­-Sígame por favor. -me dijo empezando a caminar y yo lo seguí en silencio tratando de hacer mi mayor esfuerzo para mantener mi boca cerrada, es que no puedo estar mucho tiempo callada.

Entramos a la casa y quedé maravillada al ver que  por dentro la casa está impresionante  se ve hermosa, todo bien sofisticado y sobre todo cara.

Pero a pesar de mi impresión en ver por primera vez en mi vida tantos lujos, estas no son cosas que me agraden. Porque soy de las personas que le gusta que la casa donde viva, sea acogedora y sencilla. Que tenga ese calentito hogareño, al contrario de esta, que se ve fría sin ese calor que tienen todas en mi país.

El hombre me hizo un gesto con la cara explicándome que lo espere aquí, yo le dije que sí imitando su actitud. Me quedé observándolo, ya que se fue por un largo pasillo, dejándome en aquel lugar qué parece una pequeña salita de espera con dos sofás tipo L, negro de piel y una lámpara negra de piso larga. Al lado del sofá había una mesa de centro y al costado una planta que estaba muy verde para un sitio tan cerrado y con tan poca ventilación como este. Pasé un dedo sobre la superficie de la mesita notando que todo estaba relucientemente limpio. Se preguntarán por qué hice eso ¿verdad? Pues verán, soy bastante curiosa y sobre todo muy manituosa.

Manituosa = persona que tiene que tocar todo lo que observa.

Pasaron varios minutos cuando el hombre amargado volvió para informarme que esperara un momento en lo que su jefe se desocupaba y sin decirme nada más, se fue dejándome sola nuevamente.

Al rato llegó una mujer joven y bonita de esas que parecen supermodelo de pasarela.

-Buenos días. -me dijo con una gran sonrisa en el rostro.

¡Al fin hasta que apareció una persona educada! Pensé devolviéndole el saludo.

Ella me preguntó que si me apetecía un café, jugo o agua y yo como no soy ni tonta ni perezosa le pedí un jugo. 

Dos minutos después  la chica regresó con mi jugo.

¡Uff… eso sí fue rápido! Pensé sosteniendo el vaso.

Le di las gracias hasta en mandarín y eso que no sé hablar más idiomas que el español y creo que hasta ese lo hablo con dificultad.

Seguí disfrutando de mi jugo. La verdad es que no sé qué contenía lo que me estaba tomando, pero estaba realmente bueno y para mí eso era más que suficiente. Antes de terminar con el contenido que tenía en el vaso, la mujer me indicó que en cuanto me tomara el jugo, caminara por el pasillo y que entrara en la primera puerta a la izquierda. Al terminar de darme las indicaciones se marchó, dejándome más nerviosa de lo que ya estaba. Sin poder evitarlo no espere a beberme el delicioso jugo, porque por mi garganta ya no podía pasar nada.

¡Al mal tiempo se le anda con prisa! Pensé en aquel dicho que es muy popular en mi país o eso creo, ya tendré que buscar en G****e para actualizarme.

Me levanté del sofá con mucho cuidado tratando de que la falda de tachones que traía puesta no se  fuera a romper porque estaba remendada.

Como la chica me informó, me paré delante de aquella puerta moderna igual de grande que la puerta principal de la casa. Respiré profundo, con las manos temblorosas toqué una sola vez y en el momento que escuché una voz profunda decir “pase” di un salto asustada.

¡Ay piernas no me fallen por favor! Pensé temiendo hacer el ridículo, porque sería vergonzoso caerme delante de quien sería mi jefe; claro eso es si lo logro.

Me quedé pensando que la voz de mi futuro jefe  es masculina y grave, como la de un cantante de ópera y con un perfecto español, ahora estoy más que verdaderamente segura, que no sé hablar castellano.

Dejé todos los pensamientos locos a un lado, abrí la puerta para entrar y lo que vi en ese despacho es más interesante y hermoso qué la casa completa. Sin poder mirar a los ojos de mi futuro jefe seguí avanzando hasta estar parada detrás de una silla; mientras él estaba en su escritorio vestido con una camisa blanca de manga larga remangada  hasta los codos, donde se le ven unos cuantos tatuajes en el brazo derecho. También se ve que es un hombre moderno y uno que  está bien guapo.

Me di una galleta mental pensando que mi novio Christian no se merecía que le fallara ni con el pensamiento y yo aquí de traviesa. 

-Señorita, señorita. - me sacó del mundo en el cual me había encerrado.

-Sí, dígame se-señor. -no sé ni su nombre o apellido, o quizás sí, pero se me olvidó. ¡Sofía me matará cuando se entere de mi descuido! Por mi estupidez de olvidarme de algo tan importante como el nombre de quién pudo ser mi jefe, puede que haya perdido mi única oportunidad.

- Vladímir Petróv ese es mi nombre. -me dijo él sonriendo.