6.Vayamos a Miami

(Presente)

[IZAN]

De por si para los hombres, ir de compras a un centro comercial, no es de nuestras actividades favoritas, pero mucho menos lo es cuando a quien acompañamos no es la mujer que amamos. Perdí la cuenta de cuanto tiempo llevo esperándola sentado afuera de los probadores y aunque esto me parezca demasiado aburrido, creo que es mejor estar aquí que en su casa inventándome excusas para intentar no tener sexo con ella. 

Siento demasiadas ganas de huir de esta ciudad, del país y hasta del continente de ser necesario. Quiero tomar a Mia de la mano y pedirle que nos vayamos lejos, que vivamos nuestro amor en libertad, pero eso parece imposible… hay tantas barreras, tanto peligro…

—¿Qué tal me queda este vestido? — pregunta Giovanna abriendo la cortina del probador y mostrándome un sensual vestido color rojo.

Giovanna es una mujer muy hermosa, tiene un cuerpo escultural, ojos negros profundos y una piel color canela que va muy bien con su cabello negro, pero el problema es que ella no es Mia y para mí la única mujer que existe en este mundo es ella. 

—Te queda muy bien. — me limito a decir mientras que ella se da la vuelta mostrándome como le queda el vestido en todos sus ángulos. 

—¿Te imaginas quitándomelo después de la fiesta del viernes? — me pregunta y no entiendo a qué se refiere. 

—¿De qué fiesta hablas? — pregunto confundido. 

—La que dará mi padre en casa. — responde como si fuera una obviedad. 

«Sé que se va a enfadar… solo espero que no arruine mis planes.» 

—No podré ir, estaré de viaje de negocios. — explico finalmente y tal y como imaginaba, su cara se transforma automáticamente.

—¡¿Cómo que no podrás ir?! ¡Es que nunca tienes tiempo para mí! ¡Y ni hablar de que casi ni me tocas! — me reclama haciendo que toda la gente que está a nuestro alrededor nos mire de una manera que me hace sentir vergüenza. 

«Paciencia Izan… paciencia…» me repito y respiro profundo.

Me levanto de la silla, me acerco a ella y la tomo delicadamente del brazo —no sé si te diste cuenta, pero estamos en una de las tiendas más exclusivas de ropa y el que hagas este berrinche es vergonzoso…— le digo bastante enfadado.

—¡Y a mí que me importa! — dice fuerte.

—A ti no, pero a mí sí. Deja de comportarte como una niña caprichosa y entiende que no siempre se puede estar de fiesta en fiesta ni en la cama. — sentencio bajo su mirada llena de furia.

—Es que contigo siempre es así… es más, puedo contar con los dedos de la mano las veces que hicimos el amor…— continua. 

—Este no es ni el lugar ni el momento de hablar de esto, aquí tienes mi tarjeta, paga por esto y cuando termines te veo en el restaurante que está en el lobby central. — le digo totalmente harto de su actitud y le entrego mi tarjeta para luego irme sin darle la oportunidad a rebatir. 

[…]

Paz finalmente… eso es lo que siento cada vez que estoy lejos de ella. No puedo más que sentir rechazo por ella y es por el simple hecho de que prácticamente hizo que no tuviera otra opción que tener esta relación que tenemos. Ella es la culpable de que Mia y yo no pudiésemos huir cuando tuvimos la intención de hacerlo… en fin, Giovanna Tacher es mi pesadilla. 

—Table for one? — me pregunta el host del restaurante.

—Two, my girlfriend will join me later. — le dejo saber y asiente.

—Follow me this way please. — me pide y sin más camino detrás suyo hasta llegar a una de las mesas ubicadas en la mejor sección del restaurante.

Este es uno de mis lugares favoritos, la comida es increíble y el ambiente mucho más. Estoy a punto de mirar el menú, cuando de repente veo a un grupo de personas sentados alrededor de una mesa y para mi sorpresa, la veo a ella. Sus ojos grises se cruzan con los míos y el tiempo parece haberse detenido. Se ve hermosa con ese vestido azul Francia que hace que sus ojos grises resalten mucho más, pero mi alegría desaparece cuando a su lado veo al imbécil de Santiago. Cada vez que lo veo, me hierbe la sangre, no solo porque él es la otra piedra en el zapato, sino porque prácticamente compro a Mia en una negociación con su padre.  Él también hace las cosas más difíciles. 

Lo veo acariciando su mano y quiero matarlo, hago mi mejor esfuerzo por no convertirme en un asesino cada vez que lo imagino tocándola… ella tampoco puede escapar del todo de sus garras y lo entiendo, me mata imaginarla entre sus brazos, pero así nos toca vivir siendo tan del otro y tan ajenos a la vez…El mesero viene a mi mesa, toma mi orden y yo aprovecho este corto instante en soledad para pedirle que le entregue una pequeña nota a Mia.  

“Ve al baño, te espero allí.” Es lo que escribí en el papel que ahora el mesero le está entregando mientras también le entrega el menú del postre. 

Ella me mira como respondiéndome por un “si”, y yo rápidamente me levanto de la silla y voy hacia el pasillo donde están los baños a esperarla. Me mata la ansiedad, una que se calma cuando ella se acerca a mí y yo sin dudarlo, la tomo de la cintura y hago que entremos al baño de mujeres y encerrarnos en una de las cabinas. —¿Qué haces aquí? — me pregunta con sus manos a cada lado de mi rostro.

—Giovanna está comprando ropa y yo decidí esperarla aquí… ¿tú? — 

—Almuerzo de negocios con Santiago. — dice resignada. 

—Apenas te deje esta mañana y ya te extraño como un loco… quiero terminar con todo esto. — susurro sobre sus labios y la beso con toda esta urgencia que siempre despierta en mí. 

—Yo también… necesito estar contigo siempre. — comenta sobre mis labios. 

—¿Pensaste lo de Miami? — cuestiono con desespero. 

—Vayamos a Miami, quiero estar a solas contigo y amarte sin que te vayas de mi lado por la mañana. — responde y soy el hombre más feliz del planeta. 

—Nos vamos el viernes por la mañana, te pasare a buscar al mismo lugar de siempre, ¿sí? — informo. 

—Allí estaré, te amo. — afirma sobre mis labios y me da un corto beso —me iré antes de que me vengan a buscar…— dice y me da un último beso antes de salir de la cabina y después del baño. 

«Eso era todo lo que necesitaba… un sí de su parte para poder sobrellevar lo que resta.»

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados