Mundo de ficçãoIniciar sessãoMalena supo que debía abrir los ojos cuando el olor que llenaba la habitación la despertó. Ya debía ser de noche, porque la iluminación tenue de la lamparilla junto a su cama fue lo primero que le acarició los párpados.
Olía delicioso, a sopa de pollo y vegetales horneados y eso le recordó que debía levantarse y comer. El doctor se lo había dicho, debía alimentarse y subir de peso, necesitaba estar fuerte.







