Capitulo 4

Me levanté con resaca directa a la ducha, de repente abrí mis ojos con el agua cayendo de lleno en mi cara, corrí desnuda hacia la habitación mientras el agua escurría de mi cuerpo, mire mi cuenta y salte en un solo pie haciendo mientras bailaba en medio del pequeño salón de mi departamento, jamás había visto una cifran tan grande, todos mis problemas serían solucionados. De repente un mensaje se coló entre mi muro de notificaciones y era Jeremy.

Mi lindo novio. 

Como pudiste hacerle esto a mi familia, avergonzarnos delante de tantos empresarios y conocidos, mi familia no quiere verte ni en pintura. Tan despechada estabas como para seguirle las gracias a mi primo, ¡necesitamos vernos ahora! 

—Ese malnacido, me debe dinero y aun así te atreves a juzgarme. Ni siquiera te importo verme con otro hombre... que tampoco me querías. —Una fuerte presión en el pecho asolo mi corazón. 

Susana. 

Para lo único que nos veremos, es para que recojas tus cosas de mi departamento. Y que no pase de esta semana, manda a uno de tus guardias. 

Lo envié con ira lanzando el celular a mi cama, hoy no era un día para llorar, debía estar alegre por obtener mi dinero. Aunque la noche estaba un poco enlagunada por como termino, lo que sí sé, es que la que se lio en ese salón y la tranquilidad con la que Ismael se tomó todo, con una sonrisa perpetua en su semblante, eran dignas de enmarcar. No recuerdo más detalles, por el alcohol, pero sí removió recuerdos en mí del pasado... aquel beso, toque mis labios. Y con rapidez aparte esos sentimientos... ¡Basta, Susana! No quiero saber nada del amor en lo que me quede de vida. Sequé todo mi cuerpo y con rapidez me vestí, ya iba tarde para la cocina.

°

—¿qué hiciste qué?

—shhh... baja la voz Paolo, no quiero que la cocina se vuelva un campo de guerra de chismes.

—Cómo quieres que reaccione, te he dicho miles de veces que no tomes alcohol o terminaras con un esposo árabe, con un burca atrapada en un harem.

—Porque eres tan exagerado.

—pero ya en serio, ¿realmente hiciste aceptaste esa locura?

—Solo lo pensé en caliente, pero ahora que echó una mirada hacia atrás me siento arrepentida y avergonzada, creo que cause muchos problemas a muchas personas. Tenía tanta rabia con Jeremy... tanto dolor y decepción.

—No mientas, le volverás a perdonar una de sus miles de cagadas.

—No, esta vez no... además si no fuera por ese trato no podría pagar todas mis deudas que me dejo, en parte no puedo negar que estoy contenta por ese lado.

—¿Y el tal Ismael es el primo de Jeremy? Porque parece que no solo caíste rendida por el dinero. —Una leve sonrisa se formó en mi boca recordando el beso de anoche.

—No te lo dije, pero... fue mi amor de universidad —pego un chillido casi rompiendo mis tímpanos. —Era unos años mayor que yo estaba a punto de terminar su carrera y yo apenas la empezaba, solo era una ilusa por fijarme en él. —Dije batiendo la nata mientras recordaba el momento en el que pensé que tal vez sentíamos algo el uno por el otro, aquella escapada... una promesa. Y simplemente me abandono.

—¿Tú estás segura de que esto no saldrá en los medios?

—Pues claro que no, él me aseguro de que era una reunión familiar.

—¡Entonces qué diablos hacen todos esos paparazis en nuestro domicilio!

—¿Qué? —empezaron a golpear la ventana mientras los flashes destellaban en mi pequeño negocio. ¿¡Qué diablos estaba pasando!? Me escondí con rapidez bajo la encimera mientras Paolo me miraba incrédulo.

° 

*Ring, ring, ring*

—Porque me llamas... no se supone que nadie molesta a los novios en la luna de miel.

—No diga tonterías y levántese, señor Prego. Le acabó de mandar la noticia que está ardiendo a horas de la mañana. —Tome mi teléfono soltando un bostezo largo.

—Qué es esto... —murmure leyendo.

¡La boda secreta!

Entérese de quién es la novia secreta del heredero de la familia Prego.

El misterioso heredero de la familia Prego sorprendió a todo el mundo al presentar a su futura esposa en una boda secreta, pero no con la señorita Elizabet Dumet como se rumoreaba tiempo atrás de su relación, sino con una misteriosa mujer que no sé concia su identidad. Al parecer fuentes confiables nos dirían que la novia real, lo habría dejado plantado y horas después aparecería con esta nueva mujer, que con un beso la recibió al altar.

—¿Lo has visto? —pregunto mi secretario.

—Sí, los medios nunca dejan de sorprenderme su eficacia y rapidez para casar las noticias, tenemos que admitir que tiene su gracia.

—¡Te has vuelto loco! Esto es terrible, es desastroso... esto no debía de haber pasado. Porque cuando no cuido tu imagen estás dañándola con tus acciones, solo un día basto.

—Debe estar enloquecida aquella mujer.

—¿qué mujer? Me estás escuchando Ismael.

—Mi esposa de alquiler, creo que con esto la he metido en un buen berenjenal.

—Definitivamente, no me estás escuchando... ¡Estás metido en un buen problema, la familia te va a desheredar!

—A partes. Secretario necesitó un favor, encuentra a la chica de la foto, no debe ser muy difícil con la lista de la fiesta. —indique levantándome de la cama con apuro.

—¿No sabes ni su número?

—Deja de rezongar y apúrate. —Me vestí con rapidez mientras una sonrisa brotaba de mis labios.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo