Capitulo 3

—Cómo es posible que realmente esté haciendo esto... —indique mirándome en el espejo mientras dos chicas acomodaban aquel vestido blanco, de escote corazón pronunciado, lleno de diamantes por todas partes, estaba abierto en un costado y apretado en todos los lugares que una mujer le favorecía.

—¿Quiere otra copa señorita?

—Sí, por favor... solo puedo hacer tal locura embriagada, así no me sentiré tan culpable mañana, puedo echarle la culpa al alcohol —solté como gracia, y las mujeres soltaron una carcajada siguiéndome mis tonterías, pero seguro me reían las gracias porque les habían pagado. Lleno mi copa por novena vez, si no fuera por eso estaría comiéndome las uñas. Esto era lo más loco que había hecho en toda mi vida, solo tenía que pensar que era como grabar una película, interpretaría un papel y luego me darían mi dinero y pagaría mis deudas. Respiré hondo y solté en voz alta.

—Seguro me veo ridícula.

—No diga eso, señorita, está llevando un auténtico Misuriki que vale casi diez mil —solté una risa estallada temerosa de ensuciar esta pieza.

—Sí, se ve guapísima... solo mírese un poco más, será la comidilla de todos ahí afuera —no era tan desconectada de la realidad para caer en halagos tan superficiales, pero al menos tendría que disfrutar de usar ropa de marca y beber champaña cara.

—¿Realmente se me ve bien? —me pregunté a mí misma mirándome en el espejo.

—Nada mal, ciertamente. —Escuché su voz apoyando en el muro mirándome desde lejos. Nerviosa me hice la desentendida, cuando moviendo su dedo índice indicándome que me acercara. Camine hasta él y en silencio me sentó en una silla, me hizo estirar las manos en frente y con un hisopo limpio mis heridas, tratándolas con desinfectante.

—Lo mejor será que no manipules nada con ellas, o las volverás a lastimar —asentí en silencio sorprendida. Cuando termino dejo todo a un lado todo y dijo.

—¿Lista? Debemos entrar ya al salón ceremonial —negué, alce mi mano y tomándome la copa de un solo cuajo, me levanté y solté.

—Ahora si estoy lista.

—Espero que hayas disfrutado de mi alcohol —dijo con mala baba. Sonreí y solté.

—Y vaya que lo disfrute, así lo veré todo borroso y no recordaré nada en la mañana —sonrió levemente o tal vez me pareció. Estiro su brazo y lenta actúe que debía tomarlo, me aferre a él llevándome a la entrada.

—Esto no saldrá bien.

—Cuantas veces tengo que repetirme, todo saldrá muy bien... tú solo sígueme. —dojo con una sonrisa leve en su boca, empujo la puerta y la nupcial sonó.

—Ahí vienen los novi... —la habitación se silenció de aplausos y con rapidez Ismael retomo el paso haciéndome caminar.

* —pero qué clase de broma es esta ¿dónde está la novia? *

* —Quién diablos es esa

* —Dios mío, que escándalo

* —Que está pasando mamá, ¿dónde está Elizabeth?

* —¿y Elizabeth?

* —¿dónde está la novia?

* —¡bastardo, malnacido! Como te atreves a avergonzar a tu familia así.

* —¿Dónde está mi hija? Se me está subiendo la azúcar, sarita sostén mi bolso*

—Creo que no están muy contentos... —susurre encontrando la mirada de Jeremy que incrédulo no se perdía de mi andar. Aparte mi mirada y una sonrisa borto de mi boca.

—Que esperabas, querida... que te lanzaran flores.

—No es eso, ese señor que está gritando con la cara roja de la rabia parece a punto de morir de un paro cardiaco. Esto se está saliendo de control Ismael.

—Oye tú, niñita vulgar... ¿Qué crees que haces? Primero con mi hijo y ahora con mi sobrino. ¡Bájate de ahí inmediatamente das mucha vergüenza en este momento! —increpo la madre de Jeremy mirándome con asco. De nuevo esa m*****a familia, ya no tenía que ser la sumisa nuera que se dejara tratar con asco.

—¡Venga aquí, y bájeme usted! —le grite desde lejos, la mujer se estiró como un papagayo ofendido, furibunda de la rabia.

—¿Cómo te atreves, mujer insolente? Solo espera que lleguemos a casa.

—No suelo golpear ancianas, pero hoy precisamente bebí demás y termine con su ladrón hijo, así que no me voy a aguantar sus insultos. —Propine señalándolo mientras le hacía caras amenazantes.

—Deja de discutir, y ven aquí. —De repente Ismael alzo mi barbilla provocando que lo mirara, se acercó hasta mí y beso mis labios, paso su mano por mi cintura, acercándome hacia él, dejándome completamente inerte en mi lugar, la sala termino de explotar entre murmullos y grito de pelea entre las familias presentes.

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