Capítulo 3: Amigos

Axel

- ¿irán conmigo a casa de Scarlett? – preguntó Sofía.

-me parece buena idea. -respondió José.

-a mi igual. – añadió Leo de forma emocionada.

-eso es obvio, necesitamos acordar que haremos como proyecto. – decía Fabián risueño.

-no me parece buena idea. – dije en automático y todos clavaron su mirada sobre mí.

-no me importa tu opinión. – me respondió Sofía en tono arrogante.

-ganamos por mayoría. – decía Leo mientras reía a todo pulmón.

-solo no mencionen lo que pasó hoy, ni ayer enfrente de su padre - la cara de Sofía al pronunciar esas palabras cambió de arrogante a preocupada. -en frente del señor Roberts no mencionen nada incoherente. –

A penas tocó el timbre salimos en dirección a la casa de Scarlett, quien para mi sorpresa vivía una manzana detrás de mi casa.

- ¿es aquí? – pregunté confundido.

-sip, aquí es - respondió Sofia balanceándose de adelante hacia atrás, como si fuese una niña. - ¿algún problema Axel? –

-es por aquí vivo yo - hable en voz baja, pero fue lo suficiente para que todos me escucharan y se rieran de mí.

-parece que tú y Scarlett están destinados a vivirse encontrando. – se burló José y Sofía soltó una carcajada.

-no es su tipo - dijo.

- ¿perdón? – pregunté confundido.

-lo que oíste. – me volvió a responder ella con una mueca de compasión fingida. -no eres su tipo. –

-pero si yo soy lindo – añadí entre risas

- ser lindo no te sirve de nada si la chica es Scarlett Roberts. – dijo y todos nos callamos porque la puerta de la casa se abrió.

-Sra. Rose ¿cómo está? – saludó Sofía con una gran sonrisa y aquella mujer le devolvió la sonrisa, parecía amable.

- ¡querida! – añadió mientras la saludaba con un beso en la mejilla. -pasen, yo saldré al trabajo dentro de poco. – volvió a decir en tono sutil.

Todos entramos tras Sofía, quien se sentó educadamente en uno de los sillones de la sala y todos la imitamos.

-Scay bajará en un instante, siéntanse como en casa. Yo debo retirarme. – añadió la Sra. Rose y se retiró.

-¿Scay? – pregunté confundido.

-así le dicen a Scarlett las personas más cercanas a ella. – me respondió Sofi.

-pero tú no le dices así. – reclamó José.

-ella lo odia. – añadió riendo. -no se les ocurra decirle así enfrente de la clase, ella les haría la vida de cuadritos. –

-hola. – escuchamos desde atrás de nosotros y volteamos.

-MI AMORRR – gritó Sofía y se le tiró encima para abrazarla. Definitivamente eran mejores amigas, ambas estaban igual de locas.

- ¿por qué diablos estás con buso y calentador? – preguntó Leonardo asustado. -hace un calor insoportable en el ambiente, rarita. – añadió de forma bromista pero amable, Scarlett solo sonrió ante la expresión de él.

- ¿tienes fiebre? – preguntó Fabián. -porque de ser así podemos reunirnos cuando estés mejor. – 

-no, tranquilos. Estoy bien. – respondió. -síganme. – nos dijo, guiándonos a la mesa del comedor. – luego ella entro por una puerta que al parecer daba con la cocina.

-ve a ayudarla - me dijo Sofía.

- ¿perdona? – pregunté confundido.

-fue a traerles comida. – me volvió a decir mientras sacaba sus cuadernos de su maleta. -mientras ustedes hacen su proyecto, yo haré tareas y no se preocupen, no copiaré sus ideas. – 

- ¿por qué no va Leo o José? – añadí inconforme.

-no seas quejón - se burló Fabián y me levanté confundido a ayudar a Scarlett.

Entré por la misma puerta que ella había entrado y sí, era a cocina. Scarlett estaba sacando unos cupcakes del horno.

- ¿sabes repostería? – pregunte metiendo mis manos a los bolsillos de mi abrigo. 

- sé muchas cosas - respondió seca. - ¿necesitas algo? – me pregunto sin mirarme, mientras movía la bandejita de cupcakes. 

-ehhh - empecé a trabarme. – Sofí me mandó a ayudarte. – dije tratando de ser amable.

-no tienes que obligarte a ser compasivo conmigo solo porque me viste llena de pintura y encerrada en un tipo de bodega. – añadió tras un suspiro enorme, su rostro no reflejaba ninguna emoción.

- ¿qué? – dije confundido. -no yo, es que no venía ayudarte por eso - trataba de escusarme y la verdad no le veía caso, pero quería ser amable con ella porque todos me decían que yo tenía la culpa por grosero.

-solo me estás hablando porque sientes pena de mi situación. – se burló ella de sí misma. – mañana irás al colegio y negarás que si quiera intercambiaste palabras conmigo. – no mostraba emoción alguna en su rostro, pero sus ojos, sus ojos reflejaban todo. Se sentía triste. -mira, lo haré sencillo para ti. Una vez termine el proyecto este no volverás a saber de mi en tu vida y eso concuerda con no volvernos a hablar. ¿ok? – 

Sus palabras eran demasiado firmes, por un lado, no me sorprendía ¿se supone es la cerebrito del salón? ¿no? Este tipo de personas suelen ser así, frías y antisociales o bueno, eso creo.

 - ¿te puedo hacer una pregunta? – le dije.

- con esa serían dos. – se burló de forma simpática.

- la persona que te hizo ese moretón en el rostro - al pronunciar aquello ella se detuvo por un instante. - ¿es la misma que te encerró en la bodega? – ella dibujó una sonrisa de alivio, como si no hubiese descubierto algo.

-no – respondió suavemente. -el golpe del rostro - continuaba. -me caí, soy torpe. – se defendió, pero pude sentí que mentía y que además de eso ocultaba muchas cosas. ¿Qué tan misteriosa puede llegar a ser la nerd del salón? 

-si sabes que no te creo ¿verdad? – dije riendo, pero en ese instante pude observar como una gota de sangre rodaba del lado izquierdo de su nariz. -que diablos - susurré y ella dándose cuenta tiró la bandeja que sostenía en el mesón y corrió a lavadero de la cocina, le salía demasiada sangre por la nariz. - ¿quieres que llame a Sofi? – ella solo asintió con la cabeza.

-SOFIAAAA – grité antes de cruzar por la puerta y ella llegó corriendo.

-dime que no le hiciste nada porque te mato. – respondió de forma agresiva, pero se detuvo cuando vio a Scarlett clavada en el lavandero. -llévale los panqueques al resto. – 

-pero qué demonios - oí y era Fabián ingresando a ver porque había tanto escándalo.

- ¡AAA! – exclamó Leo. -Dios, odio la sangre. – añadió mientras desviaba la mirada hacia otro lado.

- ¿hay que llamar una ambulancia? – preguntó José algo asqueado.

-si quieren pueden irse. – respondió Scarlett en medida de lo posible. -es solo una anemia - 

Después de unos minutos a Scarlett le había pasado el sangrado y pudimos sentarnos a comer los cupcakes, bueno yo aún no había comido ninguno, estaba leyendo el direccionamiento del proyecto.

-esto sabe demasiado bien - decía José con la boca llena. -eres buena con esto, Scarlett. – 

-gracias. – respondió ella de forma amable.

- ¿no comerás, Axel? – preguntó Fabian en tono de burla y todos los chicos rieron.

-no tienen veneno, cálmate. – respondió Scarlett con un gesto que expresaba a kilómetros que creía que yo era tonto.

-no es eso - protesté y todos me observaron atentos a lo que iba a decir, incluso Scarlett.

- ¿te asqueaste con la sangre? – preguntó Sofía como si le hablara a un niño pequeño.

- ¿qué? – añadí confundido. -obvio no. – me defendí y a continuación me metí uno de esos pastelitos a la boca, tenía que aceptarlo, sabían demasiado bien. - ¿todo bien Scarlett? – pregunté al ver que dio un cabeceo y ella solo afirmó con la cabeza.

- ¿Qué han pensado para el proyecto? – preguntó ella para desviar el tema, quizás solo sentía calor por el tipo de ropa que traía, estaba vestida con calentador y buso. Me pregunto ¿por qué? No hacía frío, era todo lo contrario. Había una temperatura como de 30°, mientras la miraba fijamente ya que estaba hablando del proyecto. En un momento dado se remangó un poco la manga derecha de su abrigo y pude mirar que en su muñeca se veía como un tipo de cortaduras o arañazos, pero en ese instante se dio cuenta de que yo la observaba y se la volvió a bajar.

-entonces - decía José. -debemos pensar en como rescatar el arte antiguo o revivir una época donde el arte esté en su mejor versión. –

-el arte tiene muchas formas y está presente en todas las épocas de la antigüedad, la pregunta ¿cómo lo revivimos? – decía ella mientras me desviaba la mirada cada que yo la miraba.

- ¿una fiesta temática? – añadió Leonardo en tono de despreocupación mientras seguía comiendo y todos lo observamos en silencio porque en qué cabeza una fiesta sería nuestro proyecto. – o sea - se defendía. -yaaa solo era para romper el hielo. – protestaba de forma carismática.

-es una idea estupenda. – dijo Scarlett en tono serio y todos en una misma voz añadimos.

- ¿qué? – con gran confusión.

-lo que oyeron. – continuaba ella. -podemos hacer una fiesta de exposición artística, dónde el requisito para entrar a ella es estar vestido acorde a la época que escojamos y dentro de la fiesta, la decoración sea la demostración artística de este tiempo, ya sean cuadros, pinturas, carteles - 

- por tanto, nosotros tendríamos que vestirnos también ¿verdad? – preguntó Fabian.

-podemos escoger personajes históricos y representarlos. – seguía explicando ella. -al representarlos podemos también exponer de ellos en la fiesta, no es una fiesta con alcohol y drogas como a la que acostumbran a ir, pero creo que será divertido. –

-me parece genial. -seguía diciendo Fabian.

- ¿qué época escogemos? – preguntó Leonardo desorientado. -yo solo bromeaba. – mientras se recostaba sobre la mesa.

- ¿medieval? – añadió José. -chicas con vestidos enormes, coronas, arte, hombres como caballeros o príncipes - todos lo observamos por un instante y luego de la nada soltamos a reír.

-pero que diablos les pasa - reclamaba Sofía.

-son amigos - le susurró Scarlett con la mirada nostálgica.

Las horas habían pasado rápido, logramos encontrar un tema y coordinar lo que haríamos en el proyecto, necesitábamos recolectar fondos para poder hacer todo por lo que quedamos en que el fin de semana nos reuniríamos en casa de Scarlett para hacer cupcakes y salir a vender. 

-creo que llegó la hora de irnos. – dijo Leonardo y Fabian con José empezaron a empacar las cosas.

-si, ya es tarde. – añadió Scarlett. -será mejor que se vayan a sus casas. – 

Todos salimos, mientras los chicos y Sofía se dirigían hacia la salida de la urbanización, yo caminé me dirigía hacia el lado contrario.

-por allá no se sale de aquí - escuché a Scarlett decirme desde la puerta de su casa.

-somos vecinos - le respondí riéndome. -vivo al empezar la otra cuadra. - paso por tu casa todos los días antes de ir al colegio y de regreso también. – 

- ¿me estás acosando? – respondió burlándose, su comentario me causó gracia. 

Pinche niña rarita, primero me hace la vida de cuadritos y luego me hace bromas.

-nos vemos mañana, Scay - dije sarcástico.

-eres un imbécil ¿lo sabes? – volvió a decir, pero ya no respondí. Solo me reí y despedí haciendo un gesto con la mano.

Al llegar a casa me di un baño y me recosté en la cama, mi madre me había ofrecido de comer, pero la verdad estoy lleno de pastelitos de chocolate, eran adictivos. Una vez que probabas el primero, ya no podías parar. 

Me caí, soy torpe

Aquella frase que pronunció Scarlett no salía de mi mente, si los que la encerraron en la bodega no fueron los causantes del golpe en el rostro ¿Quién fue? No creo sean sus padres, parece tener un hogar estable y su familia da la imagen de esas familias perfectas, dónde hay mucho amor y pocos problemas, de cierta forma ella era algo extraña, o bueno, se encargaba de dar esa imagen.

Entonces ¿por qué las cortadas en su muñeca? No vi ningún gato en su casa como para creer que las hizo su mascota.

- ¿qué es lo que te sucede, rarita? – susurré para mí mismo.

No se en qué momento me quedé dormido, cuando abrí los ojos faltaban 15 minutos para las 7 de la mañana, iba a llegar tarde. 

Entonces me apuré para llegar al colegio, hoy parecía de ser esos días en los que me ve mal en absolutamente todo y ya había empezado, llegué tarde a clases y para cuando me di cuenta, el profesor Johanson ya había pasado recogiendo los trabajos individuales que mandó la vez pasada y adivinen qué. Yo no había hecho nada, así que de cierta forma no era tan malo que el ya hubiese pasado recogiendo las tareas, excepto porque la siguiente hora tendremos con él y entregará las tareas que ya ha calificado.

-buenos días, chicos - agregó Johanson entrando por la puerta y yo me encogí en mi banca.

- ¿qué te sucede? – me preguntó Fabián.

- no presenté la tarea. – le respondí en voz baja para que nadie más escuche.

-bueno, debo añadir que estoy muy decepcionado de las 3 personas que no presentaron su tarea - empezó a decir el profesor. -pero muy contento porque hay 3 calificaciones perfectas en los trabajos que recogí, así que cuando diga sus nombres, se acercan para entregarles sus tareas y darles algunas observaciones si es que las tienen. –

-que manera - volví a agregar molesto conmigo mismo. El profesor Johanson empezó a llamar a todos los que habían entregado su trabajo.

-Roberts - continuaba el profesor. – felicitaciones, no esperaba menos de ti. – 

-gracias. – respondió ella con una sonrisa en el rostro.

-Pobeda - volvió a decir el profesor y Sofía se levantó a coger el trabajo. -felicitaciones, excelente calificación. – ella era más extrovertida por lo que al ver su nota perfecta dio un pequeño salto.

-Parks - dijo el profesor y me quedé congelado. - ¿Parks? – añadió de nuevo extendiéndome con su mano un trabajo, que diablos pasaba. Yo jamás entregué nada. -excelente, tu calificación es la tercera perfecta de la clase. – me volvió a decir y me levanté nervioso.

-eee si, gracias. – hablaba nervioso. -es que yo hice el trabajo, me esforcé - hablaba como estúpido, la realidad estaba nervioso, no entendía lo que pasaba.

- ¿todo en orden Parks? – me preguntó el profesor y asentí con la cabeza.

-no se supone que no hiciste el trabajo - me susurró Fabian.

-no, no lo hice. – le respondí en voz baja, en ese momento me di cuenta de que Scarlett había dejado nos estaba observando por encima de su hombro y entonces descubrí quien había sido.

Las horas pasaron rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya era la hora del receso, todos salieron, pero yo me acerque a Scarlett.

-gracias. – le dije de forma honesta. -pero ¿por qué? –

- solo lo hice porque ayudaste a Sofía a abrir la puerta ese día. – me respondió ella.

- ¿cómo supiste que no había hecho la tarea? – le pregunté.

- dejaste tu libro encima de mi mesa. – me respondió sacando de su mochila mi libro. -la tarea se hacía con el libro. – 

Estaba a punto de volver agradecerle cuando Tamara me gritó por la ventana.

- ¿socializando con gente tonta, Axel? – 

- ¿qué? – entonces me di cuenta de que hablaban de Scarlett. -solo le preguntaba unas cosas de la tarea, nada más - me defendí nervioso y Scarlett dibujó una sonrisa sarcástica en su rostro, se levanto y pasó a mi lado empujándome.

-ve a limpiar tu libro. – me dijo antes de salir del aula. -cuidado y se te pega lo tonta que soy. – me volvió a decir y supe que la había herido con mi comentario. 

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