Capítulo26
Andrés no respondió, sino que se dirigió rápidamente hacia afuera de la mansión Herrera. En poco tiempo, su lujoso automóvil salió disparado de la mansión Herrera...

Durante varios días, Selene no vio a Andrés, solo Calista le entregaba las comidas a la hora de las comidas, y hoy no fue una excepción. Después de la cena, mientras Calista ordenaba la mesa, se escuchó un sonido de “pum”, y el recipiente de vidrio se rompió en pedazos.

Calista, visiblemente nerviosa, dijo apresuradamente:

—¡Ay, mira qué torpe soy! Señorita Soto, limpiaré esto de inmediato.

Selene miró los cristales rotos en el suelo y le advirtió:

—Son fragmentos de vidrio, ten cuidado con las manos.

Calista respondió rápidamente:

—Gracias, señorita Soto, definitivamente tendré cuidado.

Selene asintió con la cabeza, bostezó varias veces. No sabía por qué, pero se sentía cansada, su cuerpo entero estaba agotado. Miró el reloj de pared en la pared lateral, eran apenas alrededor de las siete.

¿Será que la falta de sueño d
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