—Mamá…— Mariana lloraba mientras llamaba a Rosa, incapaz de mantenerse en pie.
—¡Mariana!— Nacho extendió la mano para sostenerla, ayudándola a mantenerse en pie.
Selene frunció el ceño mientras miraba la hora en la parte superior del video, murmurando para sí misma:
—No fue ella... no fue ella…
Parece que la suposición del señor Ramírez era correcta. La mujer en el video no era Rosa, y ella no podía ser cómplice del asesino, ¡porque este CD era suficiente para demostrar que ella no tenía ninguna sospecha!
Mariana se quedó atónita, sollozando, y preguntó confundida:
—Selene, ¿qué estás diciendo?
—Ella no es la asesina— Selene habló con una seguridad absoluta, —Rosa no es la asesina, no empujó a mi madre por las escaleras.
Mariana estaba completamente desconcertada.
Luego, Selene continuó:
—Ella no estuvo allí en el momento del crimen.
Con un gesto, Selene señaló la hora que mostraba el video en la esquina superior derecha. Luego continuó:
—El crimen ocurrió a las once de la noche,