La llegada de Roy

Peace chocó su cabeza contra el techo de la combi donde iba, pero no gritó para no llamar la atención, iba sentado justo al lado de la puerta dado que sólo traía $7 y la combi cobraba $10, la diferencia es que el camión cobraba al subir y la combi hasta que bajaran y Peace bajaba en la base, junto con casi todos; así que al igual que había hecho unas ocasiones antes pasó desapercibido, pasando el pasaje y cuando por fin llegaron dijo "gracias, que tenga buen día" y bajo rápidamente, hasta ahora nunca habían sospechado ya que era amable, y si lo hacían él salía demasiado rápido.

Tomó el camión que lo dejaba en la esquina de su escuela y aún tenia $2 que aunque no servían de casi nada los guardaría por si acaso.

Después de llegar a clases (tarde) y de no haber podido pasar Peace se dirigió a la cafetería donde le gustaba estar dado que pasaban chicas lindas que solía saludar, compañeros que hacían que se sintiera un poco menos mal y era el lugar perfecto para dibujar.

Mientras borraba su boceto mal hecho de brazo y lo repetía para que su persona se viera simétrica escuchó una voz detrás de él.

-¿No se supone que tienes historia?- dijo la voz masculina pero aún algo aguda que se encontraba detrás de Peace.

-Si... quizaaaaaaaas se me hizo un poquitin tarde- Contestó Peace a aquella voz que reconocería hasta con los ojos cerrados, su mejor amigo Luis se encontraba detrás suyo.

-Hay amigo, ¿Cuándo entenderás?, y ¿Que hay de matemáticas?- dijo su amigo y se sentó al lado suyo.

-Pues voy bien, pero no se si siga molesto, las ultimas veces me he quedado dormido en su clase, y no es que no me interese, simplemente me gana el sueño.- dijo Peace mientras dibujaba ahora un paisaje.

-Pues habla con él- dijo Luis y sacó una torta- toma un poco y dime donde están los demás.

Peace siempre se alegraba de recibir comida de Luis, era un muchacho poco más alto que Peace pero de complexión más robusta, a pesar de que no era un chico millonario siempre consideraba a Peace, lo escuchaba y seguía sus tonterías.

-La verdad no sé- dijo y devoró un trozo de torta, Luis se sentía mal por la situación de Peace, sabía que Peace era alguien de carácter fuerte y algo necio, pero aún así muchas de sus trabas eran puestas por sus propios padres, lo cual le parecía algo casi increíble, si no lo viera de primera mano.

Antes de que Luis pudiera decir algo llego Yazmín y Axel, se sentaron y vieron el dibujo de Peace.

-Te esta quedando bien- dijo Axel

-Gracias- Contestó Peace y sonrió.

-Pero como que sus brazos quedaron muy venudos ¿No? Son brazos no penes- dijo Yazmín, quien para ser una chica era muy grande y se llevaba bastante pesado con los muchachos.

-No parecen penes... ¿O sí?- exclamó el pequeño Peace que terminaba el pedazo de torta que Luis le dejó.

-Quizá ahí están los penes que les faltan a Axel y  a ti, tu inconsciente te traiciona- dijo Luis en tono burlón y luego río.

-Jaja, muy gracioso- contestó en tono sarcástico Peace, pero antes de que pudiera decir algo más gracioso vio pasar a la que le parecía la chica más guapa del colegio, Quiara, una muchacha con buen cuerpo, morena, de cabello largo y oscuro que le llegaba a la cintura,  caderas hermosas, dientes blancos, de estatura promedio y un año mas grande que Peace, una mujer que difícilmente pasaba desapercibida y además era la sensación escolar puesto que siempre destacaba en las actividades deportivas que participaba, de las cuales la mayoria eran deportivas.

-Debo admitir que se me hace muy guapa, tienes buenos gustos amigo- dijo Axel mientras también observaba a Quiara.

-A mi se me hace bien puta, no importa si hace calor o frío siempre trae vestidos u ombligueras y además siempre anda hablando con los más mujeriegos de la escuela- comentó Yazmín mientras comía una crepa que sacaba de su mochila.

Aunque Peace veía que Yazmín tenía razón en lo del vestido decidió ignorar el comentario y solo admirar la belleza  de Quiara, su amiga solía ser muy prejuiciosa.

-¿De donde sacas tanta comida?- preguntó Luis pero Yazmín solo se limitó a contestar con un gruñido.

Peace miró la hora en su reloj- maldición chicos, olvide que debo entregar un libro y tengo clase en los lace- los lace eran unos salones muy grandes  que se encontraban al fondo del colegio.

-Bien, suerte- dijo Luis mientras trataba de quitarle un pedazo de crepa a Yazmín- ya no te vemos ¿Verdad?

-No, lo siento, hasta mañana- contestó Peace mientras terminaba de guardar sus cosas y se alejaba.

La clase de Peace a la cual había llegado tarde nuevamente era una presentación del maestro de ética donde les ponía a que tratarán de entender que la vida no es justa, algo que decía el maestro era básico que entendieran desde jóvenes. El joven Peace que siempre pensaba fuera de la caja creía que la vida tarde o temprano se volvía justa, aunque no fuera su caso y no sabía como ni de que manera, pero sabía que cambiaría la forma en que las personas ven el mundo.

Mas tarde despertó en la combi, no quería dormir, pero lamentablemente el sólo dormir un par de horas le cobraba factura, no todo había sido tan malo ya que al menos tenía un poco de dinero que Luis le prestó al encontrarlo fuera de la escuela, era mejor venir en combi que caminando.

Peace pasó por una zona no tan favorable, a unas cuadras de su casa, donde 3 muchachos se le quedaron viendo, un tipo con cabello corto y chaqueta roja, otros 2 morenos, con cabello largo y vistiendo 2 chamarras de mezclilla con un logo despintado en la parte de la espalda, aunque parecía un tigre la realidad es que no alcanzaba a verse muy bien. Los sujetos empezaron a caminar tras Peace, pero el muchacho tomó un atajo y corrió a casa, los evitó, pero estuvo cerca.

Apenas llegar a casa se percató de que su madre estaba viendo la tele con la puerta abierta, comiendo pizza y el perro estaba amarrado fuera, Peace acarició a su pequeño Kreace que siempre lo recibía de la mejor manera; al entrar se encontró a su madre con un evidente mal humor así que pasó al baño lo más rápido que pudo y bajo.

-Madre ¿Que puedo comer?- preguntó el chico esperanzado.

-Primero haz tus cosas, nunca puedes pensar en nada más que no seas tú, eres increíble-contestó la madre haciendo una mueca que mostraba que Peace había arruinado su comida.

-Pues tengo hambre, además no soy egoísta- dijo Peace sentándose frente a su madre, sólo la mesa los dividía.

La madre de Peace de manera ágil agarro una cuchara que se encontraba al alcance y se lo lanzó a la cabeza dándole directo en la frente.

-!¿CUANTAS VECES TE HE DICHO QUE NO ME CONTESTES?¡- grito Susana mientras arrojaba un servilletero de metal y un salero que dieron directamente en la boca del muchacho. Sin saber como o porque, o al menos de manera consciente Peace empujó la mesa hacia enfrente para evitar recibir otro golpe.

-!BASTA¡- gritó el  joven al tiempo que su madre caía para atrás  con todo y silla por el empujón y golpeó su cabeza contra el suelo.

-Lo si-siento, no fue mi intención- El chico se acercó para levantar a su madre, pero esta le quitó la mano, se levantó, recogió su silla y tomó su pizza, empujo a Peace y se dirigió a la planta alta.

-Hoy no puedes comer nada hasta la cena y mas te vale terminar todas tus  cosas antes de las 10:00- finalizó Susana y subió a su habitación.

Lavando los trastes, con el teléfono cargando y pensando por 12va vez en el día porque su madre lo odiaba tanto y usaba el otro cuarto como estudio en lugar de dárselo Peace vio como Ignacio llegó y subió directamente al cuarto sin decir algo, nada raro; Peace se limpió las manos y se sentó a dibujar, pero no llevaba ni 5 minutos dibujando cuando miro a su madre e Ignacio bajar rápidamente y claramente molestos.

-Desconéctame ese teléfono, si no te voy a cobrar el próximo recibo de la luz y a ver como lo pagas- Regañó de manera poco amorosa la madre a su hijo, en ese tono tan acertado para hacer molestar a cualquiera, pero sobre todo al muchacho.

-Bien- contestó sin más Peace y desconectó el cargador, puso el teléfono al lado suyo mientras seguía dibujando; pero sin darle tiempo a reaccionar su madre tomó el teléfono y se lo llevo a la bolsa, Ignacio puso una silla frente a Peace y lo miró con esa mirada retadora que ponía, esa mirada prepotente.

-¿Te crees muy verga por poder hacer unos cuantos abdominales?- dio una falsa sonrisa y se levanto retadoramente.

-Dame mi teléfono por favor madre- dijo Peace claramente molesto, al no ver respuesta de su madre insistió- no es mio, sabes que es de Yazmñín y me lo prestaron.

-Contestame, ¡Te estoy hablando chingada madre!- gritó Ignacio y se puso frente a Peace que aún seguía sentado.

-No, no me creo nada- Peace se levantó molesto y cansado de los malos tratos, con poca paciencia para aguantar más- y tu no te metas, no sólo no eres mi padre, si no que eres un cero a la izquierda cuando de decisiones se trata, así que si no te metes cuando te necesito no lo hagas ahora- contestó firmemente Peace, pero para su desgracia Ignacio  se dejó llevar por su temperamento (nada nuevo en él) y tiró al suelo a Peace ahorcándolo con una mano y poniendo su rodilla en el vientre del muchacho, lo cual lo estaba dejando sin aire.

-Pendejo... no puedo respirar- alcanzo apenas a decir Peace, Ignacio lo levantó y empujo al suelo.

-El pendejo eres tú, esa era la intención- contestó Ignacio mientras se servía agua y Peace seguía tosiendo desde el piso.

Susana se sentó sobre la mesa y tenía el teléfono del muchacho en la mano, Peace se levantó y se acercó a su madre con la intención de tomar su teléfono, pero fue regresado nuevamente por su padrastro de un empujón.

-Por favor, no me dejas comer bien, me tienes durmiendo en la sala, tengo que cuidar todo de mi ropa, mis útiles, conseguir dinero con mis amigos, ¿Qué mas quieres?- lagrimas empezaron a brotar de sus ojos, una mezcla de enojo, impotencia y tristeza habían llegado a Peace- ¡¿Reprobe un periodo y ya soy el peor hijo del mundo?! Ahora voy hasta adelantado, por favor aunque sea dame el teléfono que ni siquiera lo compraste tú.

-Es lo que te ganaste por reprobar, ya haya sido mucho o poco reprobaste y además has de estar robando o algo así porque estoy segura que nadie te regala un teléfono, y menos a ti que eres un mal agradecido.

-No miento, ¡Créeme por una vez en tu vida!- gritó con desesperación Peace.

-Ya, Susana sé más pensante tú, dale el teléfono, es un berrinchudo- dijo Ignacio y apenas terminó esta frase Susana fue al jardín y aventó el teléfono lejos, Peace fue por el teléfono y cuando volteo para entrar su madre le cerró la puerta.

-Entenderas que no quiero que pases la noche aquí, no quiero convivir con un violento- dijo a secas su madre, haciendo que el pecho de Peace se presionará aún más por la decepción.

-Vale- dijo Peace dando media vuelta y alejándose, sabía que su madre quería una disculpa, quería doblegarlo, pero eso no pasaría, no vencería el poco espíritu que le quedaba, trató de prender su teléfono y estaba pensando a quien debía llamar pero sería imposible sin poder siquiera ver sus contactos, estaba llorando cuando sintió como alguien tocaba su hombro, sin darle suficiente tiempo a reaccionar Peace obtuvo un golpe directo en la cara que lo tiró.

Al ver a su alrededor desde el suelo miró al chico de cabello corto y chaqueta roja y a los otros 2 que le hacían compañía, sacaron navajas y el tipo de la chaqueta roja le extendió la mano.

-Dame ese bonito teléfono y tu cartera-.dijo con una voz horrenda e intimidante, Peace estaba muy molestó, quería golpearlos pero el miedo y tristeza de ese momento sólo le hizo levantarse, guardar su teléfono y alzar la guardia, no sabía porqué pero esa había sido su decisión.

-Quítamelo si puedes- dijo muriendo de miedo y quedando con una pared a sus espaldas se hizo lo más atrás que pudo. Un navajazo iba directo a su brazo izquierdo pero pasó algo que nadie planeo ese día.

Un hombre de aproximadamente 1.75 estaba sosteniendo la mano de uno de los asaltantes y detuvo el impacto de la navaja, tenía una chaqueta de cuero café y cabello plateado, una barba canosa y sobre todo una mirada intimidante, mucho más que la de los asaltantes, era una que imponía muchisimo, Peace nunca había sentido nada similar.

-Dejen ir al muchacho y yo los dejaré ir a ustedes- una voz grave salió de ese cuerpo con algo de edad encima, con un tono ronco que a Peace le daba una sensación tétrica.

-Métanle un navajazo al anciano- dijo el de chaqueta roja.

Antes de que Peace pudiera procesar que estaba pasando el hombre dobló el brazo de uno de los criminales y lo rompió, cuando el otro asaltante se acercó el hombre misterioso lanzó al primer matón con el brazo roto contra el otro matón y de un mismo movimiento empujó su mano armada a la pared y le tiró la navaja, tomó su cabeza y la estrelló contra la pared; el hombre de chaqueta roja parecía que iba a orinarse y le lanzó la navaja con un movimiento preciso, pero el hombre misterioso la esquivo como si nada y se acercó rápidamente al último maleante de pie, éste le soltó un golpe pero el hombre tomó su puño y lo dobló rompiéndole la muñeca.

-Tranquilo, mi nombre es Roy, estoy aquí para ayudarte- Dijo el hombre misterioso acercándose a Peace, se veía algo grande y también pudo apreciar Peace su barba de candado, sus facciones cansadas y algunas arrugas, pero Peace vio una escena horrible desde el rincón al que había ido, el de chaqueta roja se había levantado y sacó un arma, Peace por instinto le arrojo su teléfono que tenía el mano y dio justo en la cara del maleante, quien cayó de nuevo al suelo, Roy se acercó rápidamente y en un movimiento eficaz lo desarmo y golpeó su cabeza con el arma.

-Bien, creo que eso es to...-al voltear vio que el muchacho estaba tirado, se había desmayado, algo normal considerando lo que acababa de pasar, además el muchacho se veía joven, tomó el celular del chico y lo guardo, cargó al muchacho y lo subió al auto, tendría que ayudarlo aún, aunque honestamente ni el mismo sabía porque lo hacía.

Sin más arrancó dejando atrás a los 3 maleantes tirados.

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