5. Sorpresa

Luego de firmar los documentos Megan se preguntó qué ocurriría a partir de allí, sin embargo, una vez quedaron solos Duncan le aclaró, — Creo que lo ideal es que te mudes mañana a mi casa, por razones obvias no podríamos vivir cada uno en casas separadas, pero claro cada uno tendrá su espacio.

— Pensé que vivías con tu abuela.

— No, me quedo allí cada vez que lo deseo, tengo mi habitación, pero realmente yo vivo independiente desde hace mucho.

— ¿Y por qué debería vivir contigo y no al revés?

— ¿En serio me estás haciendo esa pregunta?

— Está bien, no tienes que hablar de nuestras diferencias en valores absolutos de nuestras cuentas bancarias ni que estoy alquilada y tú eres propietario, es que eso de acatar órdenes de manera sumisa no es lo mío, pero me parece bien.

— Te envió la ubicación cuando llegue allí y no madrugues estoy agotado.

— Como diga — , respondió colocándose en posición militar.

Megan llegó a su casa aun con el vestido puesto y toda la situación le pareció totalmente loca, se había casado, nadie lo sabía ni fue invitado, no tendría luna de miel y ni siquiera conocía al novio, ¿qué pensaría Dylan?, es que todo era tan absurdo que si no fuera porque su madre estaba en el hospital se reiría machismo, tenía mucho por recogerá antes de entregar el que había su hogar, así que solo se dedicaría a empacar lo que se llevaría al día siguiente que fuera más urgente.

Al siguiente día cerca del mediodía Megan le envió un mensaje a Duncan que iría a su casa, lo primero que observo es que se trataba de una casa espaciosa con un gran jardín, de dos plantas y elegante, pero se le aceleró el corazón cuando vio allí en medio de todo aquel hombre alto de ojos azules con mirada penetrante que era su esposo y le esperaba en la puerta, nunca había sido el estilo de mujer que se llevaba solo por el aspecto físico pero sin duda tenía lo suyo, a sus mente vino esas escenas de sexo de 300, aunque no recordaba muy bien cómo fue la intimidad entre ambos.

Detuvo la camioneta y después de unos segundos pensar si debía primero saludar o bajar de una vez con sus cosas se decidió por lo primero, se acercó a él con seguridad, — Hola, buen día, highlander.

— Hola, Mérida, bienvenida a mi casa y la que lo será para ti también, te daré un tour rápido para que te familiarices, luego puedes ir por tus cosas.

— De acuerdo.

Le mostro las áreas comunes de la casa que compartirían a partir de ese momento, la sala, comedor cocina, gimnasio y así hasta llegar a la planta alta donde se encontraban las habitaciones, — Esta será tu habitación espero te sientas cómoda, tiene su baño personal, vestidor y si necesitas algo más solo tienes que pedirlo —— Te agradezco lo —, aquella habitación era casi que del tamaño entero del apartamento en el que vivía, una gran cama, sin mucha vida porque debía ser para huéspedes, pero con mucho potencial.

— La habitación que está enfrente es la mía, permanecerá cerrada y no entraras en ella bajo ningún concepto, luego hablaremos del resto de las reglas, pero por ahora puedes instalarte, yo iré a jugar golf y vendré en un par de horas ¿necesitas algo?

— No, tranquilo ve a lo tuyo mientras me acomodo.

Una vez sola, observó la casa con más calma, luego con calma acomodó su ropa, zapatos y productos de aseo personal, solo para matar su curiosidad abrió la habitación de Duncan era más amplia que la de ella, decorada en tonos grises y muy varonil tenía un área con reconocimientos, pero no se atrevió a entrar y explorar más allá.

Descubrió otras áreas interesantes como una biblioteca y un área de recreación con juegos, televisor, entre otras cosas y decidió aprovechar de ver una película y relajarse, todavía estaba agotada de todos los preparativos de la boda y el día anterior, busco algo en la nevera que picar y a los pocos minutos se quedó dormida.

Cuando Duncan llego se encontró aquella estampa de ella durmiendo en su sofá, con la boca entreabierta, se veía sexi y relajada, por lo que no quiso molestarla, apago el televisor, recogió el desorden y la arropo con una manta, se retiró a su habitación y también se acostó.

La mañana siguiente el salió primero de la casa, no quería cambiar su rutina y él iba primero a desayunar en su lugar favorito, así que cuando Megan se levantó tenía el tiempo contado, desorientada sin saber ni donde estaba corrió escaleras arriba, se vistió con rapidez y se hizo una coleta para no tener que realizarse algún peinado, como si su vida dependiera de ello, se subió a su camioneta, pero para su mala suerte cuando iba en camino, dejo de funcionar de un momento, así que tuvo que esperar la grúa y dejarla en el taller, no paraba de ver su reloj, su jefe la mataría, llevaba más de una hora de retraso, le envió un mensaje a Duncan mientras iba en un taxi al trabajo, solo para desahogarse y se resignó a recibir una amonestación.

— Megan, soy un jefe consciente, reconozco tu trabajo y entrega, pero eso no te da derecho a llegar tarde cuando te esperábamos para una reunión importante con un cliente y nuestro nuevo socio.

Ella estaba apenada solía ser puntual y sabía que su jefe le disgustaba profundamente, de pronto escucho una voz a su espalda que reconocía perfectamente, — No la reprenda por favor, me ha dado excelentes referencias de su trabajo, seguramente tuvo un comienzo del día difícil, estoy seguro de que no lo volverá a hacer, ¿verdad señorita? — , dijo Duncan.

— Megan por favor conoce al señor Wallace, él es nuestro nuevo director general, se ha incorporado el día de hoy y ya está defendiéndote.

Ella extendió su mano para saludarlo y él sonrió con picardía, sin duda le había dado una sorpresa, disimulo y estrecho su mano con fuerza, — Mucho gusto, bienvenido, espero podamos hacer un buen equipo de trabajo a partir de ahora.

— Estoy seguro de que si — , luego ambos jefes se retiraron y ella se quedó sin poder creerlo, pero si vivían juntos, ¿Cómo no le contaba algo así?

Una vez llegó a su puesto de trabajo varias de sus compañeras se acercaron para dejarles sus impresiones, — ¿conociste el nuevo jefe verdad?

— Sí, claro, por casualidad.

— ¿Cómo huele?, tiene pinta de usar un perfume de esos varoniles de marca.

— Pero es que has visto a ese hombre lo elegante y sexi que es.

— Definitivamente eres una suertuda, te envidio.

Megan sonrió ante los comentarios y luego las envió a sus puestos, — ya chicas que si sale de su oficina pensará que no trabajamos, vayan a ver sus proyectos — , estás se fueron protestando y por fin Megan pudo concentrarse en pensar la situación.

Pero cinco minutos más tarde sonó su teléfono interno, — Por favor ven a mi oficina.

— De acuerdo — , disimuladamente tomo su cuaderno de apuntes y tratando de no llamar demasiado entró a la oficina sigilosamente.

Una vez entro lo vio directamente a los ojos, — ¿Se puede saber qué haces aquí?

— Como lo escuchaste soy el director general un Ceo de la compañía y ahora tu jefe.

— Pero ¿Por qué guárdate el secreto?, ¿Qué tramas?

— Nada solo vine a trabajar y nada más, si no te dije nada es porque no era relevante y no quería que pensaras que había algún interés oculto.

— Pues fue justo lo que me hiciste pensar al ocultármelo.

— Relájate, pero por la tranquilidad de ambos es mejor que nadie se entere de que estamos casado ni que tenemos ningún tipo de relación.

— Pues por mi está bien, ya tienes un club de fan que solo con que te diera la mano ya me estaban acechando si supieran algo no me dejarían trabajar.

— ¿En serio causo ese efecto en las mujeres?

— Lo digo honestamente señor ego.

— Entonces hagámoslo así, solo jefe y empleada mientras estemos en público.

Hablaron un par de cosas más y Megan volvió a su puesto de trabajo y estuvo ocupada hasta el descanso y decidió ir a tomar un café al área donde se encontraban las bebidas y snacks, allí se encontró con uno de sus compañeros y amigo de la universidad y comenzaron a hablar de algunos proyectos reconocidos y libros actuales sobre materiales.

Sin embargo, Duncan quien salió de su oficina para ir a una reunión los vio y se incomodó, nunca había sentido tanta incomodidad, no la quería ver compartir con ningún hombre nada que no fuera referente a trabajo, así que regreso a la oficina y la llamo al celular, — Por favor ven a la oficina de inmediato.

Apenas Megan entró vio que Duncan estaba visiblemente molesto, — ¿Necesitas algo?

— Que te mantengas alejada de cualquier hombre que no sea yo, los demás no lo saben, pero eres una mujer casada, es irrespetuoso, te daré estos dos proyectos que recién revise, pareces tener mucho tiempo libre.

— Pero el solo es un compañero de trabajo.

— No te pregunte nada sobre él, me interesa es lo que haces tú.

— ¿Y por eso me vas a recargar de trabajo?, ya estoy ocupada.

— Ser que puedes con los que te asigne.

— ¿Estás celoso?

— Porque lo estaría no somos esposos realmente.

— Precisamente, entonces ¿Por qué no puedo tener amigos?, ¿Qué clases de troglodita eres?

— No me importa, esta será una de esas reglas inquebrantables en nuestro matrimonio y no se dirá más.

— Sigo sin estar de acuerdo.

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