Sus pasos eran largos y decididos, pero había algo más en él, parecía estar escapando, parecía estar a punto de querer gritar, de mostrar aquel enojo que lo poseía en aquel momento, parecía estar a punto de querer devolverse de inmediato y golpear a ese maldito hombre que tomaba la cintura de su esposa y arrastrarla con él ahora mismo, no podía creerlo, tanto tiempo él creyendo que ella estaba muerta, todo aquel tiempo él anhelando tenerla en sus brazos.
¿Pero qué hacía ella?