Valerie Ghill
─ ¿España? ─ Le pregunté a Franchesco, frunciendo el entrecejo. Abigail, es la que más había insistido en la firma del contrato y es la que no podía viajar todavía por la beba.
─ Sí, les dije que teníamos un evento programado, hay un contrato con el Hotel Lumbardi de España, para un gran evento, se casa una personalidad artística.
─ ¿Para cuándo es el matrimonio y a quien debo contactar para conocer sus gustos? ─ Pregunté un poco nerviosa. Una cosa era planificar eventos sencillos y otra cosa era planificar eventos de mayor magnitud.
─ En cuarenta y nueve días será el evento y en quince días podemos viajar para que conozcan el lugar, aunque si desean hacerlo antes me informas y reprogramamos el viaje. ─ Pronunció y a mí, casi se me salen los ojos.
─ ¡Queeee! ─ casi grité.
─ ¿Cómo que en cuarenta y nueve días? ─ Le pregunté y de verdad, me estaba arrepintiendo de haber firmado el contrato hacía solo una semana.
─ Te pedimos un mes y medio, para cumplir con nuestros