Silvia levantó la vista con confusión al ver una invitación aparecer repentinamente frente a ella. Ante sus ojos estaba el rostro delicado y obediente de Vivian. Sonrió con resignación.
—Silvia, mañana mi familia organiza una gran fiesta y quiero invitarte. ¿Podrías acompañarme? Me da miedo cuando hay tanta gente.
Silvia miró la invitación frente a ella con emociones complejas. Sabía perfectamente lo que significaba una invitación a una fiesta de los Caballero.
Últimamente había estado involucrada en demasiados incidentes en la universidad, todos provocando discusiones y debates entre los estudiantes. Eran tiempos turbulentos.
Desde que había cedido el control de la empresa a su primo, la mayoría creía que era solo una heredera venida a menos, sin apoyo ni protección.
Si ahora asistiera a la fiesta de los Caballero, probablemente desencadenaría más conflictos innecesarios.
—Vivian, mañana tengo otros asuntos que atender y no podré asistir a la fiesta. Si realmente tienes miedo, quédate