Los diez vestidos estaban dispuestos en fila frente a Vivian, quien emocionada jalaba a Silvia para que los mirara.
—Silvia, ¿cuál te parece más bonito?
—Este —respondió Silvia señalando un vestido rosa pálido, similar a un vestido de crinolina pero no tan largo como los modelos tradicionales.
Vivian tenía una cintura delgada y un aspecto adorable y delicado. Este vestido le quedaba perfecto.
—Me gusta, me llevo este. Háganle los ajustes necesarios y envíenlo directamente a mi casa —le dijo al gerente.
—Como usted diga, señorita Caballero.
Vivian tomó del brazo a Silvia.
—Silvia, ¡mira cuál te gusta a ti!
Silvia recorrió con la mirada los vestidos. Ninguno de estos diez le atraía. El estilo de diseño de esta tienda no era su tipo; todos eran de estilo princesa y juvenil, más del gusto de Vivian.
—No hay ninguno que me guste aquí. Vamos a ver en otro lugar.
Vivian asintió.
—Está bien.
Salieron de la tienda y Silvia llevó a Vivian a otra boutique. Esta tenía un estilo más minimalista, si