Mattew Johns

Mi corazón latía a mil por hora cuando menciono lo del lobo, pensé que uno de los míos había sido atrapado bajo la mirada de ella, pero al ver que se trataba de mi aullido de ese día pude calmar un poco mi respiración.

-Hay algunos en el bosque, por eso no permito que nadie entre con facilidad a mi manada - respondo, pero cuando me mira interrogante me doy cuenta de lo que acabo de decir - ciudad, quise decir a mi ciudad - me corrijo, ella poco convencida asiente sin más remedio.

-Eso no me quita el miedo de ir a ese pueblo - dice volteando su cuerpo dándome una buena vista de su espalda, me acerco a ella sin importar que alguien me vea y apego mi cuerpo al suyo con temor a que se aleje o que rechace mi toque.

- Te estaré cuidando, me voy a asegurar que ningún ser mitológico se te acerque a excepción de mi -digo de forma juguetona, siento como su piel se eriza al tenerme cerca, pero no me alejó ni un ce