POV: Ashley.
Sentir su mirada ardiente sobre mí, me acalora y me avergüenza a la vez. Al escuchar su voz, baja y profunda, con un "buenos días, preciosa" más que significativo, me provoca una corriente que nace en los dedos de mis pies y termina en la nuca, con un estremecimiento.
—¿Vamos? —pregunta William, con un carraspeo y extiende su mano para tomar la mía.
Doy un paso más cerca de él y acepto su mano. La corriente resurge y provoca chispas en nuestros dedos.
—Vamos —respondo con una sonrisa y evito su mirada, pero la siento sobre mí.
Se queda un segundo de más en el mismo lugar; luego reacciona, sacude su cabeza y asiente. Me dirige hasta el auto y me ayuda a entrar.
Nos acomodamos sobre los finos asientos de cuero negro, yo me voy hasta la ventanilla contraria, un poco alejada de él. La tensión entre nosotros hoy es completamente