POV: Ashley.
Medio acostada en un sillón inmenso y esponjoso, con mi cabeza apoyada en una cómoda almohadilla, cierro mis ojos y disfruto mientras la asistente de la peluquería lava mi cabello. Sus dedos masajean y estimulan mi cuero cabelludo y me dan unas ganas enormes de dormirme; si no fuera porque Esme no se calla un segundo, podría ser posible.
—Me gustaría hacerle un degradado de su tono natural, con un rubio más claro en las puntas —comenta Esme, a la peluquera que prepara todo.
Conversan sobre lo que mejor me quedaría, sin tener en cuenta que yo estoy justo al lado de ellas y no he dicho ni una palabra.
—Después quiero probar unas ondas en su peinado. Su cabello es liso natural, por eso creo que quedaría el cambio más potente —continúa Esme y me provoca una sonrisa.
—Esme... —digo, a la vez que siento el agua clara correr por mi cabello para enjuagarlo.
—¿Ujum?
—¿Y si te dijera que no quiero nada de eso? —pregunto dive