Beatriz
—¿Qué tal si ponemos servicio a domicilio?
La voz de mi jefe es sin duda emocionada, pienso detenidamente en sus palabras mientras él cuenta el dinero del mes sentado frente a mí en la pequeña oficina al fondo de la repostería que no me gusta usar porque es demasiado agobiante.
—Supongo que podríamos intentarlo.
—Eso sería excelente, entonces — responde extendiendo uno de los fajos de billetes sobre la mesa hasta mí — esto es la inversión del mes — extiende dos fajos más — y esto el salario de los trabajadores , !Oh! y esto — señala el último de los mazos sobre la mesa — es para que consigas un auto para las entregas.
—¿Debo encargarme de eso también?
—Por supuesto eres la jefa, tu dinero lo envío a tu cuenta en la noche — me sonríe — como vamos con esos bebés.
—La verdad están más inquietos de lo habitual — admito tocando mi vientre — pero Lucas dijo que a esta fecha del embarazo es normal.
—Mi esposa tuvo unos momentos difíciles en su embarazo anterior — comenta mi jefe — pe