CAPITULO 2

En la mañana no se sentía tan feliz como la noche anterior, el dolor de cabeza la estaba matando y el teléfono que no paraba de sonar, no le ayudaba en lo más mínimo.

Se levantó con un dolor en la espalda que no podía soportar, miró a su amiga que aún babeaba acostada en la mesa de la cocina como si está fuera una cama, se veía tan cómoda que le causó risa intentar despertarla, algo que debía hacer porque el hambre ya estaba haciendo mella en su cuerpo y le sonaban las tripas.

La levantó de manera suave, no quería ganarse una patada karateka, no ahora que su cabeza le pesaba más que todo su cuerpo. Yayis se levantó con una mueca en el rostro, esto estaba traducido a un malestar que ni se lo imaginaba. Se miraron y soltaron una risotada no tan fuerte, porque sus cabezas no lo soportarían.

Desayunaron como si no hubiera un mañana y tomaron todos los efervescentes posibles para el malestar, organizaron el desorden y se asearon.

Ya ahora que eran humanas decentes nuevamente Maite reviso sus redes, su W******p estaba a reventar de mensajes de mamá, su prima Coral y sus conocidos.

Miró el de Coralita.

Coral: hurraaaa por fin primate, ya era hora que te fueras.

Coral: tengo que inaugurar tu casa.

Maite: jejeje ya sabes, había que crecer un día de estos, cuando tenga casa te timbro y cenas conmigo.

Coral: no se diga más, allí estaré así no me invites, yo lo hago sola.

Maite: jejeje lo sé primate loca, solo lo decía por cortesía hahaha.

Coral: listo, avísame y me tendrás con unos licorcitos de regaló.

Maite: nooo gracias, ya con los de anoche me bastan.

Coral: ¡jaaaa y no invitas! Te odio, me escribiste en medio de un salseo que no te cuento.

Coral: te dejo que tengo la cama ocupada hehe 

Maite: ¡rayos! No cambias, disfruta y cuídate!

Coral: jajajaj byeeeee.

Maite sonrió al terminar de leer el último mensaje de su adorada y loca prima, entre Yayis y Coral la dejarían en pedazos de tanta locura, las amaba pero mejor cada una solita, no podría controlar ese huracán de fiesta, anteriormente lo había intentado pero le resultó fatal.

Se arregló lo mejor que pudo y se fue a trabajar, era lunes y ya era necesario volver a su dichoso puesto de coordinadora de visual para una prestigiosa marca de moda, no era el trabajo de sus sueños pero le servía para pagar sus cosas.

Tan solo 5 minutos en su oficina fueron suficientes para que llegara su jefe, con cara de pocos amigos y su traje ultra costoso a llenarla de trabajó como ya sabía.

— Maite León, mañana viajas a Escocia para que organices la nueva sucursal, quiero que lo hagas pronto, hay mucho trabajo acá  y en otras ciudades — dijo su jefe mientras le pasaba los boletos que la llevarían directo a Hamburgo y dejando sobre la mesa con alguno que otro encargo que tendría que entregar antes del viaje, este hombre era un explorador y ella ya se estaba cansando de eso, pero antes de renunciar debía tener otro trabajo en la lista, no se podía dar el lujo de retirarse en el mismo instante, no ahora que estaba comenzando de cero, pero por Dios que ganas no le faltaban.

Miró los papeles que había puesto en sus manos y se hizo a una idea, nunca había estado en Escocia, pero si había leído suficientes novelas eróticas de Highlanders que eran unos machotes mega gigantes, con paquetes descomunales y que le harían temblar, pensar en eso le hizo bastante gracia, ¡Cómo necesitaba un machote de esos en su vida!, Sonrió nuevamente y se puso a organizar lo que tenía pendiente y fue directo al apartamento de Yayis a organizar las maletas.

Horas más tardes...

El viaje le había dejado con medio trasero entumido, casi muerto, pero estaba emocionada por conocer el lugar de sus fantasías más oscuras.

Sonrió al ver que una mujer muy alta, estilizada, de cabello muy rojo y ojos verdes la esperaba junto a un pequeño que podría compararse con un duende, salvo por su ropa de marca, su mirada altiva y su bronceado perfecto que le hacía ver más humano.

Los saludo con cariño, estaba acostumbrada a tratar a su equipo de trabajo de manera más humana, pero esta mujer era como el hielo, solo se presentó y la miró con gesto bastante disgustado.

— Pensé que eras un poco mejor — le dijo Danika Monrray repasando de arriba abajo su aspecto.

Maite estaba tan cansada que pasó por alto el comportamiento,  no tenía muchas ganas de enfrentarse, si mañana seguía con la misma actitud, se encargaría de hablar con ella, pero por ahora solo quería llegar al hotel y dormir, y así fue, la llevaron directo a un hotel central bastante conocido y se fue directo a la cama, necesitaba dormir.

La mañana había sido mucho mejor, se puso su chaqueta, una pequeña cinta en su cortó cabello, labios color rosa y se dirigió hacia su chófer, este la saludo de manera más amable y la llevó directamente al lugar de trabajo.

Llegó y encontró con que su grupo de trabajo al mando ya había comenzado labores y la mujer estirada que la recogió gritaba a todos como si fuera una versión femenina de Hitler.

Maite no estaba de humor para que le tocasen las pelotas de esa manera y mucho menos con su trabajo.

—  Llegas tarde —

— ¿Que te creer para llegar 5 minutos tarde? —

La mujer era una arpía en todo el sentido de la palabra.

Maite se acercó y le tendió la mano algo que está ignoró despectivamente y le pidió que no la tocará.

May se acercó un poco más y le explicó de forma amable que ella era la jefa en el momento, que no se atribuyera tantas conductas estúpidas con sus trabajadores a lo que la mujer sonrió y tomando el celular, llamó al gran jefe.

Este la escucho berrear e intentaba calmarla por el altavoz.

— ¿Cómo puedes poner a una irresponsable en este cargo?, osito no lo tolero y además es colombiana, sabes la fama que se cargan, esa negra no estará en el mismo lugar que yo, no compartiré mi aire con aquella ¡Amorcito es que es bastante corriente, enana y está gorda! — dijo la mujer de manera despectiva mientras la reparaba con la mirada de arriba a abajo.

Maite solo escucho la palabra negra y su ira se encendió, no le molestaba que se lo dijeran, estaba orgullosa de su piel y también de sus orígenes latinos, sino que la forma tan despectiva que la mujer lo hacía le llenaba de irá, no podía permitir que la discriminasen de esa manera.

No espero a que colgará la llamada y tomando uno de los floreros que aún contaban con. Agua de las flores que se habían olvidado cambiar hasta el día de hoy. Vertió el contenido encima de la mujer, a lo que está pego un grito en el cielo, Maite sonrió de manera jocosa y estridente.

— ¡Jamás me llames negra de esa forma! — siseo.

— ¡No sabes con quién te has metido, animal, en este instante pediré que te saquen como un perro! — dijo Danika.

— ¡NO HACE FALTA, PORQUE RENUNCIÓ! — Grito May, estaba hasta los huevos de la gente abusiva y no permitiría un maltrató más.

Así que tomó su bolso y se marchó, dejando a la mujer llorando de manera dramática, algunos trabajadores sonrieron, otros todavía no salían del asombro.

El chófer la felicitó y la llevó directo al hotel.

Tomó su maleta que aún no había deshecho y se marchó, desde ese momento había decidido que estás serían sus vacaciones.

—  ¡Primera parada, las Highlands! —

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