—Yo también tengo algo que preguntarte— Avery lentamente se dio la vuelta para mirarlo. El sonido de las gotas de lluvia golpeando el suelo llenó el espacio entre los dos—El día que ocurrió el accidente... ¿Por qué saltaste para salvarme?
Los ojos de Avery se abrieron ligeramente ante su pregunta.
Damián la miró con ojos fuertes y siguió hablando.
—Dijiste que actué imprudentemente, pero me pareció que tú eras más imprudente. Intentaste saltar a un coche en llamas sin dudarlo. Estabas tan loca que no podías oírme incluso si te llamaba varias veces—Dijo Damián, dando unos pasos más hacia ella.
—El yo que no tenías intención de volver a ver, el yo que tanto odiaba… ¿Por qué saltaste para salvarlo?
Avery, con ojos temblorosos, se tragó los labios.
Damián se paró justo frente a ella e hizo contacto visual.
—¿Porque no puedes fingir que no conoces a alguien en peligro?—
Las preguntas de Damián se derramaron como una violenta tormenta hacia ella, que se quedó sin palabras—¿Porque soy el