Livie

Salgo de la ducha y jadeo asustada al ver a Gabi sentado en mi cama, se ve perturbado y abatido, pero en vez de sentir empatía por él, me da mucha rabia que crea que puede entrar a mi habitación así como si nada, sin tener un poco de respeto a mi intimidad.

— Qué haces acá? — me mira suspirando y sus ojos se ven tristes. Si claro jugame el papel del sufrido que la tonta de Liv seguro te perdona.

Está equivocado!

— Liv yo ....

— Ándate Gabriel, nadie te dijo que podes entrar a mi habitación, no sabes lo qué es la privacidad?— no se levanta solo me mira con una estúpida mirada de perro lastimado.

— Liv hablemos por favor! — frunzo el ceño.

— No quiero hablar con vos! qué pasa? te arrepentiste? que te hizo cambiar de opinión eh? — se para queriendo acercarse a mí pero pongo mi mano marcando distancia. — Aléjate de mí! — se frena en el lugar.

— Liv ya sé todo! y yo... estoy

— Estas arrepentido? ahora que sabes que fuiste un maldito imbécil