Por Irina
Estamos llegando a la casa de mi tío cuando suena el celular de Leonardo, él, con una carcajada, rechaza la llamada.
Inmediatamente suena mi celular.
-De nada.
Dice mientras estaciona el auto en la entrada de la mansión.
La entrada es doble, es decir que entra por la puerta del garaje y puede estacionar o seguir y salir por el otro portón, sin hacer demasiadas maniobras.
Él se quedó en medio, con el auto detenido, pero con la marcha puesta.
-Atendelo.
Dice divertido.
Era Roque y no sé como Leonardo supo que era él.
Automáticamente atiendo.
-Hola.
-¿Qué hacés en Estados Unidos con Leonardo? ¿Y Máximo? ¿Con quién lo dejaste?
¿Por qué estás vestida así?
Roque estaba hablando muy fuerte... más bien lo hacía a los gritos y no dejaba de reclamarme cosas.
No entiendo porqué se preocupa tanto por Máximo.
-Quedate tranquilo que sé cuidar a mi hijo, a pesar de tu noviecita, realmente espero que después de lo que me hizo pasar en el aeropuerto, siga presa, ¡Me olvidaba, a lo mejor ya