Capítulo 93: Dulce llamada.
—¿Rosalind? —la voz grave y suave de Donovan resonó a través del teléfono, llena de preocupación—. ¿Estás bien?
Rosalind se sobresaltó. El corazón le dio un vuelco tan fuerte que sintió que se le escapaba el aire.
—¡Do… Donovan! —exclamó en un susurro, llevando la mano al pecho, como si así pudiera calmar los latidos que la traicionaban—. Sí… sí, estoy bien.
—Richard me llamó —dijo él, con ese tono firme que siempre usaba cuando algo lo inquietaba—. Me informó que posiblemente te has encontrado con Candice Leroy en los baños. ¿Es cierto?
Rosalind se quedó unos segundos en silencio. La respiración se le entrecortó. Sus ojos recorrieron el espejo, donde su reflejo temblaba apenas, todavía con la marca rojiza en el pecho y los trozos de papel en el suelo.
—Ah… Richard… —susurró ella, bajando la mirada—. Siempre tan atento. Es un buen guardaespaldas.
Una sonrisa suave y triste apareció en su rostro. Le sorprendía la eficacia de su guardaespaldas, y más aún la rapidez con que Donov