—Ella tendrá que entender.
La mujer golpeó el sueño con su bastón.
—Si te atreves a llevar a esa mujer a mi casa, no serás más mi nieto Alexander.
Después de terminar entro nuevamente a la habitación.
Alexander parecía estar en un callejón sin salida. No tenía recuerdos, la mujer a la que había amad