Esta declaración hizo que se tensara, camino hacia ella en dos pasos y la rodeo con sus brazos.
—No, no vuelvas a decir algo así, ¿entiendes?
Ella gimoteó en sus brazos.
—No quiero vivir sin ti. Si no estoy contigo, ¿qué sentido tiene?
—Me tendrás. Siempre me tendrás, lo prometo.
Estas palabras