El cuerpo alto y fornido se acercó más, presionándola contra la baranda. Ella podía sentir cómo se clavaba en la parte baja de su espalda. Los ojos de Alexander se entrecerraron, volviéndose más azules que de costumbre.
—Repite eso — la desafío.
Ella lo miro.
Su cuerpo se tensó, y ella permaneció en