―Amara… ―el nombre salió un poco entrecortado.
―Vamos, cariño. Solo has esta concesión… ―su delicada mano se introdujo dentro de su ropa interior y comenzó a acariciar la ya rígida polla ―Te prometo que te lo compensaré, ¿Qué dices?
Elliot sabía lo que estaba haciendo y cuando se giró y miro sus l