Jack preguntó: "¿Vas a infringir la ley?".

Mirándolo con ojos inyectados en sangre, Grayson gritó indignado: "Todo lo que quiero es proteger a mi jefe para que no termine lastimado por bastardos de dos caras como tú”.

Jack les dio a los dos hombres que estaban junto a las puertas de la habitación, Tormenta y Tempestad, una buena mirada. Los dos parecían delgados y frágiles, junto con sus rasgos exquisitos en su piel de porcelana clara, no parecían luchadores.

Planeando entrar por la fuerza y ​​retener a Jay como rehén como una forma de restringir los movimientos del guardaespaldas, instruyó: "Hombres, lo quiero fuera de allí".

Alrededor de una docena de hombres que había traído corrieron hacia la puerta de la habitación. Con una expresión tranquila en sus rostros, Tormenta y Tempestad se pararon como dos árboles de álamo, firmemente arraigados en su lugar para proteger a su presidente que estaba detrás de esas puertas.

Enfurecidos, ni Tormenta ni Tempestad se contuvieron durante l