Bebé Robbie dijo con tristeza: “Mami, las hermanas están preocupadas por su futuro”.
Angeline sonrió y dijo: “He hablado de este asunto con tu Padre. Todas ustedes se quedarán con nosotros por el momento. Cuando regresemos a Capital Imperial, movilizaremos todas nuestras fuerzas para encontrar a sus padres por ustedes”.
Cuando las hermanas escucharon sus palabras, hubo sorpresa en sus ojos. Sin embargo, su alegría se disipó rápidamente cuando la Hermana Ocho dijo: “Mi Padre y mi Madre murieron en un accidente automovilístico. No tengo más parientes”.
Angeline caminó hacia Dahlia, la tomó de la mano y la consoló amorosamente. “Entonces, ¿estás dispuesta a quedarte a mi lado y ser mi hija?”.
Dahlia levantó los ojos, completamente asombrada. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. “¿Estás realmente dispuesta a acogerme?”.
Las otras chicas miraron a Dahlia con envidia. Habían estado charlando más con Bebé Robbie estos días y aprendieron de él que Angeline era una madre razonable, genti